No con esto que los del barco enfermen y suelten a la mujer y los niños a la deriva en medio del mar con un tío elegido al azar, da lugar al peor comienzo de la historia, pero para darle más emoción y confirmarnos que ese tío pinta menos que nada, va la tía y se lo carga tres segundos después de subir al bote.
Sumaremos que nos dan a entender que regresan al mismo lugar donde estaban en la primera parte, puesto que Pady (ahora Richard) reconoce la casa, por cierto muuuchiiisimo más cutre que la primera a pesar de suponerse ser la misma, bien, pues donde los pobres de la primera peli sobreviven a base de fruta y pescado, en esta tenemos cerditos correteando para que se inflen bien de carne, y huevos que hasta se permiten el lujo de pintar y malgastar.
Y como rematadera nos dispondremos a ver un burdo intento de copia de la primera pero en su peor versión y perdiendo la esencia del amor inocente y puro, ya que la madre los coarta con explicaciones y reciben visita de la civilización con el único fin de la perversión.
La película en sí ya es mala, pero que encima nos la quieran vender con ese miserable principio que la une a la primera, la hace aún mil veces peor.