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Voto de metabaron:
69.459
Acción. Ciencia ficción
Perseguido por su turbulento pasado, Mad Max cree que la mejor forma de sobrevivir es ir solo por el mundo. Sin embargo, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto en un War Rig conducido por una Emperatriz de élite: Furiosa. Escapan de una Ciudadela tiranizada por Immortan Joe, a quien han arrebatado algo irreemplazable. Enfurecido, el Señor de la Guerra moviliza a todas sus bandas y persigue ... [+]
3 de junio de 2015
41 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras un revisionado en pantalla grande y versión original, creo que por fin estoy listo para valorar el film como se merece.
Lo primero de todo: como película de la saga Mad Max, "Fury Road" da sin duda la talla.
¿Hay pegas? Por supuesto: la trama daba más juego, la mitología expuesta se toca superficialmente y se detecta que aquí hay material cortado a base de bien, lo cual augura un posible director´s cut enjundioso. Por otra parte, Hardy no es Gibson. Pero sería mucho pedirle estar a la altura del papel más icónico de Mad Mel. Además, la primera media hora está llena de set pieces tan climáticas (como esa tormenta de arena tóxica) que llegan incluso a deslucir el tercer acto.
Pero ojo. Cosas buenas tiene el film A MANTA: una BSO hardcore que refuerza las imágenes, una agradable escasez de diálogo, una trama frontal muy lejana de los blockbusters actuales y una puesta en escena de demoledor clasicismo, que potencia los elementos reales sobre abusivos CGI´s de todo pelaje. También destaca Furiosa, una Ripley de nuevo siglo (ya íbamos necesitando un personaje femenino así en un género lleno de Milas Jovovich y Viudas Negras). Además, Miller potencia los aspectos más comiqueros y bizarre de su universo, propulsándolo a cotas dignas de una fusión hardcore entre 2000 AD, Jodorowski y Metal Hurlant: solamente hay que fijarse en elementos como el Doof Warrior o el propio Inmortan Joe para darse cuenta.de ello.
¿El saldo total? Apasionante. La historia no es redonda, pero su contundente pulso más cercano a las action movies de los 80 y 90 que a las actuales, su contundencia y el cabreo kamikaze de Miller, además de ser más propias de un cineasta joven que quiere comerse el mundo que de un veterano como él, le dan sopas con hondas a sus competidores actuales, dejándolos avergonzados y de cara a la pared.
No sé si esto va para clásico, pero resulta un necesario recordatorio de cómo se hacen las cosas bien, aparte de devolverle al género los huevos y los ovarios que había ido perdiendo.
Ahora, que Hollywood tome nota.
Y Miller: sigue rodando. Se necesitan cosas así hoy en día más que nunca.
.
Lo primero de todo: como película de la saga Mad Max, "Fury Road" da sin duda la talla.
¿Hay pegas? Por supuesto: la trama daba más juego, la mitología expuesta se toca superficialmente y se detecta que aquí hay material cortado a base de bien, lo cual augura un posible director´s cut enjundioso. Por otra parte, Hardy no es Gibson. Pero sería mucho pedirle estar a la altura del papel más icónico de Mad Mel. Además, la primera media hora está llena de set pieces tan climáticas (como esa tormenta de arena tóxica) que llegan incluso a deslucir el tercer acto.
Pero ojo. Cosas buenas tiene el film A MANTA: una BSO hardcore que refuerza las imágenes, una agradable escasez de diálogo, una trama frontal muy lejana de los blockbusters actuales y una puesta en escena de demoledor clasicismo, que potencia los elementos reales sobre abusivos CGI´s de todo pelaje. También destaca Furiosa, una Ripley de nuevo siglo (ya íbamos necesitando un personaje femenino así en un género lleno de Milas Jovovich y Viudas Negras). Además, Miller potencia los aspectos más comiqueros y bizarre de su universo, propulsándolo a cotas dignas de una fusión hardcore entre 2000 AD, Jodorowski y Metal Hurlant: solamente hay que fijarse en elementos como el Doof Warrior o el propio Inmortan Joe para darse cuenta.de ello.
¿El saldo total? Apasionante. La historia no es redonda, pero su contundente pulso más cercano a las action movies de los 80 y 90 que a las actuales, su contundencia y el cabreo kamikaze de Miller, además de ser más propias de un cineasta joven que quiere comerse el mundo que de un veterano como él, le dan sopas con hondas a sus competidores actuales, dejándolos avergonzados y de cara a la pared.
No sé si esto va para clásico, pero resulta un necesario recordatorio de cómo se hacen las cosas bien, aparte de devolverle al género los huevos y los ovarios que había ido perdiendo.
Ahora, que Hollywood tome nota.
Y Miller: sigue rodando. Se necesitan cosas así hoy en día más que nunca.
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