No, no. no y no. Ni Tim "atrezao" Burton, ni goticismo fílmico recurrente, ni Jjohnny Depp ni narices. La película no se sostiene por ninguna parte. Más que nada, por lo mismo de siempre: EL GUIÓN. Esas simples 120 páginas que lo determinan todo.

Y en este caso, nos encontramos ante un texto de partida derivativo, deshilachado, mal resuelto, repleto de cabos sueltos de lógica (numeroso oiga) basado en un humor romo, gris, pobre y cuasi inexistente que apenas mantiene en pie una historia tan pobre como mal estructurada.

El resto tampoco es una maravilla: Depp y la Carter en piloto automático, una estética friamente digitalizada (que abunda en feos y obvios efectos visuales además de jugar con un cromatismo digitalizado facilón más visto que el tebeo) y una selección musical repleta de más lugares comunes que el propio largometraje.

Resumiendo: Burton se pone otro clavo más en la tapa el ataúd y trata de dar lo que sus fanas acérrimos esperan sin esforzarse en demasía por el camino.