Conexión cadáver fue el nombre que le pusieron los policías de Nueva York de mediados de los años 70 a la forma que tenía el mafioso Frank Lukas de meter heroína en el país: dentro de los ataudes de los marines fallecidos en la guerra de Vietnam. De esa forma conseguía saltarse los intermediarios y, por tanto, erigirse como el principal mafioso de Nueva York por encima de las famosas familias italianas. Sin embargo no era un mafioso cualquiera; él no actuaba por malicia sino que hacía tal cual le habían enseñado. Él no sabía ni leer ni escribir (no contaba el dinero sino que lo pesaba), tampoco era extraordinariamente listo ni sanguinario (no era consciente del mal que hacía y hoy en dia se arrepiente de ser el causante de tantas muertes); pero tuvo un extraordinario maestro: Bumpy Johnson el conocido como Padrino de Harlem. Tras una laboriosa investigación, en 1975 el policía y ayudante de fiscal Richie Roberts consiguió reunir las pruebas necesarias para detenerle. Esa detención no sólo acabó con las acciones de un mafioso que ganaba cerca de un millón de dólares libres de impuestos al dia y del que se dice que mató a más negros que el Ku Kux Klan; sino que sirvió para meter en la cárcel a muchos otros mafiosos y destapar una inmensa trama de corrupción en el seno de la policía de Nueva York.

En esta película se cuenta la ascensión de poder de Frank y la investigación policial llevada a cabo por Richie. Para ello, el director contó con la supervisión de unos ya ancianos Richie Roberts y Frank Lucas, un consistente guión que recuerda al de otras grandes películas sobre mafiosos, una extraordinaria recreación del Harlem de los 70, y a dos monstruos de la interpretación como son Denzel Washington y Russell Crowe.

Tal vez lo más llamativo de esta película sea el regreso de Ridley Scott a la senda de las buenas películas. El aclamado director de Aliens pasará a la historia por su tremenda irregularidad: capaz de compaginar obras maestras como Aliens o Gladiator con verdaderos pufos como "El Reino de los Cielos". La realidad es que sin ser mal director no es un gran director; de hecho creo que sus grandes obras se deben más a inspiración divina y factores externos que a su propia capacidad. En ésta se veen sus deficiencias ya que siendo una muy buena película no cuenta con la fuerza e intensidad que debería de tener. Entre otros aspectos negativos destacar la poca importancia que tiene la banda sonora y el mismo error que se comete en el Padrino: escenas a un ritmo demasiado lento para una película tan larga. Finalmente indicar que a pesar de que Denzel Washington es un grandísimo actor, no creo que sea el mejor actor para interpretar el personaje de un mafioso sin escrúpulos. Denzel desprende una bondad que resulta molesta en su personaje.