Película que se las da de trascendente pero que resulta completamente irrelevante. Una youtuber con poco éxito encumbra de la nada a un don nadie, hasta que se da cuenta que ha fabricado un monstruo que se le va de las manos.

El tema de la ética de los medios se ha tratado en no pocos filmes. A bote pronto se me vienen a la cabeza, con diferentes contextos, Network (1976) y Videodrome (1983). Incluso el episodio de Black Mirror "The Waldo Moment" viene a contarnos algo parecido. Aquí se aplica a los youtubers, a las transmisiones online y lo que llegan a hacer por conseguir likes quienes tratan de convertir su actividad en un modo de vida. En el mismo año se estrenó Spree y venía a hablar también de lo mismo, la desesperación idiota por trascender. Así que para no salir trasquilado había que hacer un producto con empuje y rompedor, y eso es justo lo que NO es Mainstream. Viene a reciclar clichés de las películas citadas y de otras que, a buen seguro, existen, y nos las ofrece plenas de emoticonos y sickers para que parezca algo novedoso. No lo es.

Falla estrepitosamente en el personaje principal, que casi de la noche a la mañana se convierte en una estrella del stream sin prácticamente enterarnos por qué. Incluso para describir el triunfo de la inanidad hay que desarrollar y dar cuerpo a personajes y situaciones, rediós. No se hace. El romance con la prota lo mismo, no te lo crees y resulta tópico y estomagante. La moralina de garrafón se atraganta, no será esta la película que vaya a disparar el sentimiento de culpa entre los consumidores del ocio-basura. Que pase desapercibida es lo mejor que le puede pasar.