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Voto de Felipe Critic:
9
Animación. Aventuras. Acción. Fantástico En un universo paralelo donde Peter Parker ha muerto, un joven de secundaria llamado Miles Morales es el nuevo Spider-Man. Sin embargo, cuando el líder mafioso Wilson Fisk (a.k.a Kingpin) construye el "Super Colisionador" trae a una versión alternativa de Peter Parker que tratará de enseñarle a Miles como ser un mejor Spider-Man. Pero no será el único Spider Man en entrar a este universo, 4 versiones alternas de Spidey aparecerán y ... [+]
24 de febrero de 2019
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver “Spider-Man: Into the Spider-Verse” es ver la consecución del sueño de un grupo de visionarios que, sin imaginarlo, han inspirado a millones y millones de personas con una pieza de arte de magnitudes inusitadas entre el competitivo y mirifico cine de animación moderno, al tiempo que han inyectado denuedo, personalidad y brillantez tanto dentro de Sony Pictures luego del golpe bajo que significó “Venom” el agosto pasado, como dentro de Marvel Studios y su correcto y casi predecible tratamiento live-action.

Un hito dentro del género animado mainstream: Disney y Pixar, esta vez, pierden la corona. Se juega en ligas diferentes y sus dos únicos estrenos programados para el 2018, “Incredibles 2” y “Ralph Breaks the Internet,” son favoritas entre las listas de las mejores películas del año, pero, por su disruptivo comportamiento y vehemente frescura “Spider-Man: Into the Spider-Verse” es, de entrada y sin hesitación, el filme de animación no-stop-motion— aclaración pertinente en favor a la proeza de Wes Anderson, “Isle of Dogs”—del año y uno de los más envigorantes, desternillantes, propositivos y significativos de toda una década.

El departamento de arte liderado por Dean Gordon y Patrick O'Keefe y el diseño de producción liderado por Justin Thompson han conseguido algo realmente valioso: ser diferente, meta-discursiva, auto-paródica, insospechadamente leal al especial estilo de Steve Ditko y, a la vez, agresivamente dinámica, progresista y encandilante; chicos, estamos hablando de una animación digna de Oscar.

Las imágenes, psicodélicas e híper-estilizadas, giran y saltan, suben y bajan durante toda la función; la composición de cada fotograma, milimétricamente cuidada en diseño, color y movimiento, es un total deleite, digno de múltiples visitas y revisiones. La fotografía es de primer nivel, por supuesto, con shots que van de lo emblemático a lo simbólico, de lo auto-referencial a la más deslumbrante originalidad, pero es la cinematografía la que se apodera hiperactivamente del corazón y la mente del espectador. Todas y cada una de las secuencias son visceralmente atrapantes, quirúrgicamente planteadas y magistralmente llevadas a cabo; sus raíces artísticas de comic y animación por computadora sobrepasan, en muchas ocasiones, a ciertas prolijidades de Pixar y Disney, en parte, por el nivelado cuidado entre perfeccionismo y frescura, imprimiendo un toque tan especial y único que convierte la experiencia en un caleidoscopio de altas revoluciones que no se detiene siquiera en los títulos de crédito.

Más allá de los diferentes géneros que abarca, es gran cine, punto. Como pieza cinematográfica general, inclinada instintivamente más hacia el drama social que al mega-espectáculo, el filme triunfa sobremanera en sus mecanismos y propósitos, así como en el balance que ejerce sobre todo el metraje entre trepidante narrativa y efervescente poderío visual.

La exclusiva propuesta visual se está llevando todos los elogios, pero quienes construyeron tan deslumbrante maravilla fueron Bob Persichetti, Peter Ramsey, Rodney Rothman, Phil Lord y Christopher Miller. Pasión, entrega y visión son tres palabras que ejemplifican perfectamente lo que estos hombres proyectan durante el metraje. La dedicatoria final tiene un propósito específico, encerrando todo el sentimiento que estas personas tenían en sus mentes y corazones cuando, según dicen, miles de puertas se cerraban, pero una siempre iba a estar abierta: la de creer en sí mismos. Ya todos conocemos a Phil y a Chris, no solo por la polémica que generó su despido a principios de año de la franquicia Star Wars, sino por sus desternillantes ideas de las que han surgido nada más ni nada menos que “Deadpool” o “The Lego Movie.”Sin embargo, el trio de directores son relativamente desconocidos en el campo de la dirección, exceptuando “Rise of the Guardians” de Ramsey, por esto, es aún más sorprendente ver que una casi perfecta obra maestra ha salido del corazón de un trio de apasionados.

“Spider-Man: Into the Spider-Verse” dirigida por Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman, por encima de ser un regalo inapreciable para el género de la animación, es una irremplazable cinta de superhéroes, un comentario respetuoso y mordaz sobre diversidad y una pieza de arte para la eternidad, una respuesta al odio, irrespeto y violencia que domina mentes y cuerpos en guerras injustificables. ¿Es esta la cinta perfecta para una época de Trump, incorrecto tradicionalismo, muros, masacres e indulgencias? olvida lo de una de las mejores cintas de superhéroes y de animación de todos los tiempos, este es un recordatorio de que no somos individuos, somos sociedad, de que soñar es lo que mantiene al mundo en movimiento y fracasar es lo que lo mantiene mejorando. Lee se ha ido, pero esta proeza lo ha despedido por lo más alto, Ditko es un maestro de limites inalcanzables; Lee y Ditko han inspirado a millones, entre esos a este grupo de visionarios; ellos nos han inspirado a todos nosotros y ahora es nuestro turno, lo cual conllev una gran responsabilidad.
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Felipe Critic
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