Star Wars no es solo una película. Ya forma parte de la sociedad y cultura occidental. ¿Quién no es capaz de reconocer algunas escenas, personajes o música de cualquier episodio de esta saga? Sin lugar a dudas, es una obra mucho más compleja que simple ciencia ficción. Fue el origen de algo mágico. Una historia que hizo soñar a varias generaciones.

Aquí comienza la historia de un joven granjero que soñó con las estrellas. Que, por coincidencia, ve la oportunidad de cumplir su sueño en busca de la princesa Leia, atrapada por el imperio galáctico. En compañía de un viejo caballero, dos androides y un contrabandista junto a su compañero peludo, Luke se adentra en una aventura espacial maravillosa. Claro está, también junto al espectador.

Los míticos títulos de crédito y banda sonora demuestran que no verás una película del montón. Tan solo hacen falta unos segundos para saber que fue una película adelantada a su época. Los efectos especiales sorprenden y sorprendieron por su calidad. Y eso no es todo, porque lo verdaderamente sorprendente es la imaginación de George Lucas de crear un universo extenso, rico y honroso con las grandes películas de aventuras clásicas. Aquí encontramos de todo un poco: westerns, samuráis y ciencia ficción. Un homenaje de George Lucas al cine.

Esta película es Star Wars sin medias tintas. La original, la autoconclusiva, la que iba al grano. Posiblemente la que más me transmite. Básicamente cuando Star Wars era Star Wars. Antes de todo el merchandising y los altos y bajos a lo largo de su larga historia como saga.

En resumidas cuentas, creo que este filme es imprescindible para cualquier habitante del planeta tierra. Un hito de la ciencia ficción. Sin duda, una de las mejores. Siempre lo he dicho y lo diré. Está en el podio de este género junto a Blade Runner y 2001.