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España España · Xanadú
Voto de Orson_:
8
Western Al pueblo de Firecreek llegan unos pistoleros que provocan toda clase de disturbios y tienen atemorizada a la población. El sheriff honorario, que es un granjero cuya mujer está a punto de dar a luz, adopta una actitud pasiva ante los desmanes de la banda. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entretenido y admirable western del que sorprende su poca repercusión en vista de los resultados conseguidos. Lo que se presenta en apariencia como una obra menor y modesta al servicio del lucimiento de dos actores míticos acaba resultando una película llena de nervio y tensión que da mucho más de lo que se esperaba.

La historia ya la hemos visto muchas veces, el grupo de forajidos violentos que llega a un pueblo perdido en cualquier parte y se hace con el control del mismo ante la pasividad de los lugareños. Lo más parecido a un representante de la ley que hay cerca es un granjero veterano que luce el cargo de forma honoraria, y que intentará mediar en la situación convencido de que la utilización de la violencia debe ser la última solución.

Esta premisa poco original a la vez que recurrente en el género consigue en cambio atraparnos según se desarrolla, porque entre sus virtudes encontramos una galería de personajes que habitan el pueblo, inusualmente bien definidos, que van teniendo incidencia en el desarrollo de la historia, a veces con sus actos pero casi siempre con sus reflexiones en voz alta en forma de diálogos con los protagonistas antagónicos (Stewart / Fonda), que enturbian el clima de la historia y le van dando gravedad y empaque. Firecreek resulta ser un pueblo extraño y opaco, lleno de personas que callan secretos o huyen de recuerdos, e incluso intuimos que la inacción ante los forajidos y sus desmanes no son tanto producto de la falta de valor como de la aceptación de una especie de castigo merecido.

Otro de las baluartes es la interpretación de James Stewart, intenso y entregado completamente a la causa, en otro personaje que parece hecho a su medida: el hombre noble, honesto, cabal, que intenta intervenir en el conflicto sin provocar a nadie, y que llegado el momento de máxima tensión se preguntará incluso si su forma de proceder está condicionada por la responsabilidad o debilitada por la cobardía.

El tal Vincent McEveety, procedente de la televisión, no volvió a dejar rastro de su talento en alguna otra película, pero indudablemente es esta fue parte importante de sus logros. La tensión se va acumulando a largo del metraje, la relación entre personajes va creando pequeños vínculos de insospechadas consecuencias, es frecuente ver a personajes dentro de sus casas observando lo que ocurre fuera con aire fantasmagórico, se mezcla de manera extraña pero eficiente un planteamiento clásico del género frente a acciones concretas resueltas de forma admirable como si de un policiaco de la época se tratara.

Hace tiempo que llegamos a la conclusión que en la década de los sesenta en el western se produjo una catarsis poética que ahora en perspectiva nos parece cargada de simbolismo, mientas la industria del Cine cavaba la tumba del género y le invitaba a que se tumbara a descansar, éste fue capaz de parir no pocas obras admirables, que a veces lo homenajeaban crepuscularmente y otras lo reinventaban fusionándose con otros estilos. No cabe duda de que "Los malvados de Firecreek" merece estar en ese grupo con total merecimiento.
Orson_
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