No hay patriotismo barato, ni siquiera hay ningún posicionamiento político que se deje intuir en lo que ocurre o en lo que dicen los personajes a pesar de ser un conflicto reciente y polémico para la vida y política norteamericana.
No hay soldaditos buenos o superhéroes (aunque unas 850 bombas no está nada mal, ¿eh?), capaces ellos solos de acabar con el ejército enemigo. Ni malos sanguinarios o comunistas. Ni lecciones de moralidad de ningún tipo.
Tan sólo intenta retratar una historia. Un momento como otro en la guerra de Irak.
Todo ello, la verdad, se agradece.
Ahora bien, En Tierra Hostil cojea en algunos aspectos a mi parecer. Primero, se hace repetitiva, ya que no deja de ser un curso avanzado de desactivación de bombas, una tras otra, y al final la cosa acaba aburriendo.
Por otra parte a veces resulta absurda la obcecación por desactivar bombas. Es cuanto menos sorprendente que alguien en su sano juicio arriesgue su vida, por muy buen artificiero y profesional que sea, por desactivar una bomba...¡en medio del desierto!.
Es también sorprendente que, en un sitio como Irak, cuando se dirige a ti un coche a toda velocidad y saltándose el control militar lo pares a gritos, tan sólo apuntando con una pistola.

Ah, una cosa más. A ver si se dan cuenta ya de que lo del modo documental ya no mola, que ya está muy visto. Y bueno, en todo caso, yo, que como todos los españoles sólo veo los documentales de animalitos que echan en la 2, puedo asegurar que los documentales están grabados casi todos con cámara fija.