Un detective de la policía de Seatle fue suspendido de su cargo tras un oscuro y trágico incidente en un puente. En el mismo estaban implicados un ladrón y una rehén. Sin embargo, el policía deberá ser reincorporado cuando un grupo de asaltadores de bancos lo exijan como intermediario. Este policía, con unos métodos poco ortodoxos, deberá unirse a otro novato, hijo de un conocido policía muerto, para atrapar a estos peligrosos ladrones de banco. Los asaltantes son muy astutos, y mantendrán constantemente a la policía confundida.
Entretenida película, que si bien se basa profundamente en los cánones no escritos de los thrillers y las películas de acción, consigue enturbiar suficiente el panorama, para que el espectador tenga una difícil tarea en encontrar por donde va la trama. Obviamente todo está a la vista, solo hay que saber leer entre líneas. La historia está tan bien hilada que el resultado parece casi una evolución natural de los hechos, enrevesados, pero creíbles. Lástima que este tipo de películas tan bien estructuradas solo sorprendan la primera vez que las ves. No todo es bueno, la cinta abusa demasiado de tópicos muy usados, como el juntar a policía novato con policía quemado para que busquen los ladrones. Pero eso es más bien la premisa inicial, para ofrecernos un arranque familiar. Consiguiendo hacernos creer que estamos frente a otra monótona película de acción. Más aun con los dos protagonistas, Snipes y Stathan, los que puede parecer que han sido contratados para enzarzarse en una y mil peleas de artes marciales. Sin embargo, el guionista de esta película, que también es el director, sabe ofrecer ese vuelco, esa deriva que nos lleva a aguas desconocidas, creando un mar de incertidumbre con la teoría del caos. Es el revulsivo perfecto, para sacarnos de una trama convencional. Ya nada está claro, de un plumazo introduce un elemento que te hace dudar de todo y no sabes hacia donde se decantará la acción. Hay que verla completa para entender bien la referencia a esa teoría, pero ya desde este punto en el que se nombra, sientes que pasa más de lo que ves.
El director, sabe hacer mucho más a parte de distribuir correctamente la información que nos va dando, en forma de pequeñas pistas. Sabe planificar la acción, integrándola en la película en el momento justo y dotándola de un ritmo correcto.
De los tres protagonistas, el que realiza el trabajo más acertado es Jason Statham, espero verle más veces así y no como en Jugar duro. Wesley Snipes parece que no levanta cabeza tras protagonizar la saga Blade. Aquí se hubiera beneficiado de un conjunto sólido, pero no lo hace. Parece anclado en el pasado, pues en cada película que trabaja interpreta sus papeles sin apenas diferencias. Ryan Phillippe no lo hace del todo mal, pero no termina de convencer cuando tiene el peso de la película en sus espaldas.