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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
5
Thriller. Intriga Henry (Ryan Gosling), un joven mentalmente perturbado, le anuncia a Sam Forster, su psiquiatra (Ewan McGregor), que piensa suicidarse en un plazo de tres días, cosa que el psiquiatra intentará evitar. Por otra parte, Henry se dedica a enturbiar la relación de Sam con su novia Lila (Naomi Watts), pintora y antigua paciente suya. Poco a poco, la sólida y racional mente de Sam empieza a tambalearse. Sometido a situaciones cada vez más ... [+]
13 de diciembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ilustrativo ejemplo de un subgénero muy en boga a principios de los 2000, con Christopher Nolan como su más egregio representante y hoy prácticamente único continuador.
Efectivamente, el cine comercial de hace dos décadas era pródigo en thrillers psicológicos agraciados con generosas dotaciones presupuestarias que les permitían adornarse con repartos de campanillas y las espectaculares novedades tecnológicas del momento. Solían aquejar a sus protagonistas estados alterados de conciencia, trastornos disociativos y pérdidas de memoria que servían a sus directores para lucirse con narrativas desestructuradas y toda suerte de efectismos visuales, heredados ambos de las sincopadas maneras del videoclip y la publicidad.
Todo ello lo encontramos, y a espuertas, en esta “Tránsito”, con dos trileros de la ralea de Marc Forster y David Benioff en la sala de máquinas, capaces casi siempre de hacer pasar por poco menos que genialidades revolucionarias lo que no son sino un puñado de trampas de calibre colosal. Digo casi, y no siempre, porque de vez en cuando se les ve el plumero; aquí, de hecho, en bastantes ocasiones, y hasta un punto tal, que desde bien pronto sospechamos por dónde van a ir los tiros. Eso, y que la fórmula tardó poco en agotarse, de tanto que se abusó de ella, y de la paciencia de los espectadores, durante un lustro largo, aproximadamente.
Con todo, se trata de una cinta muy entretenida, rodada con pulso firme y un elenco —insisto— de relumbrón, con Ewan McGregor y Naomi Watts en el pico de sus respectivas carreras y un Ryan Gosling previo a su eclosión como gran estrella y que ya por entonces cultivaba ardua y denodadamente ese rictus suyo de post-adolescente atormentado en base al que se acabaría convirtiendo en el James Dean, o el Steve McQueen, de la generación Y.
Carorpar
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