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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
7
Intriga Adaptación de la novela homónima de John Le Carré, ambientada en la época de la Guerra Fría. Barley Scott Blair (Sean Connery), un editor británico que se encuentra en Lisboa, se dedica más a la bebida que a atender a los distribuidores rusos de sus libros. Un día lo aborda un agente de la CIA que le pide que sirva de enlace con una bella espía (Michelle Pfeiffer) que puede proporcionarle unos importantes manuscritos de un disidente ... [+]
1 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupendo thriller ambientado en la Guerra Fria, cuya trama, tildada en su día de «ligera», a las embrutecidas audiencias de nuestros días se les antojaría más compleja que el Ulises de Joyce en inglés y sin guía de lectura.
«La casa Rusia» atesora eso que Kundera llamara «la magia de la nostalgia», en tanto reflejo de una época —también un cine— extinta, y un período concreto, el de la glásnost, en el que todo era posible, cuando la pelota no había caído una vez más del lado de la autocracia megalómana.
El film de Fred Schepisi es la primera producción estadounidense rodada en la URSS, cosa que explicaría las texturas documentales de sus exteriores, «terra incognita» para generaciones de espectadores. Asimismo, la hermosura de numerosas estampas trasluce las simpatías que en el bloque occidental despertaban las reformas de un Gorbachov no tan estimado por el núcleo duro del PCUS.
«La casa Rusia» tiene el valor añadido de ver a Sean Connery, primer y más icónico James Bond, en el reposado rol de un agente salido de las páginas de John LeCarré, cuyas novelas son a las de Ian Fleming lo que el día a la noche. En efecto, nada más lejos del seductor y violento 007 que los espías de LeCarré, burócratas metódicos y cachazudos que, sin embargo, seguramente cumplan con mayor eficacia su principal cometido: pasar desapercibidos.
Acompaña a Connery una Michelle Pfeiffer en el apogeo de su carrera —venía de recibir todos los parabienes posibles, nominación al Óscar incluida, por «Los fabulosos Baker Boys» («The Fabulous Baker Boys», 1989)— y, aun a riesgo de ser tildado de señoro y machirulo y cancelado de por vida, también en el de su belleza. Definitivamente, yo también traicionaría a mi país por ella. Que me detengan.
Carorpar
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