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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Serie de TV. Intriga. Thriller. Drama Serie de TV (1990-1991). 2 temporadas. 30 episodios. El excéntrico agente del FBI Dale Cooper (Kyle MacLachlan) llega a Twin Peaks, una pequeña población montañosa, para investigar el brutal asesinato de la joven y bella Laura Palmer, la chica más popular del instituto de la localidad. Con la ayuda del sheriff del pueblo, el amable Harry S. Truman (Michael Ontkean), el agente Cooper comienza a interrogar a los habitantes del pueblo y va ... [+]
29 de setiembre de 2014
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la hora de redactar esta reseña me hubiera gustado mantenerme al margen de la infinidad de lugares comunes de que acostumbra a acompañarse toda referencia, meditada o no, a "Twin Peaks". No obstante, hay dos afirmaciones, reiteradas con la contumacia del dogma, sobre las que no me resisto a detenerme.
La primera de ellas reza que la serie "de culto"- epíteto que podría perfectamente incluirse entre los manidos tópicos referidos arriba- creada por el tándem- tótem- integrado por David Lynch y Mark Frost cambió radicalmente el lenguaje televisivo- ello en su formulación más osada; una valoración algo más conservadora hubiera quizá matizado "el lenguaje de las series de televisión"-. En cualquier caso, un aserto decididamente rotundo ante el que no cabe sino inhibirme, imposibilitado, como estoy, para comparar- lamento desconocer el lenguaje televisivo, o el de las series de televisión, de los primeros noventa, en tanto niño por entonces, al que no permitían ver cierta programación, y mucho menos "Twin Peaks".
Sí tengo, por el contrario, algo más que decir respecto a la otra aseveración, casi más repetida que el Juramento de Lealtad a la Bandera de los Estados Unidos, con la que, sin embargo, no estoy de acuerdo, o no totalmente al menos. Ésta declara, con el aplomo de un epitafio, que la segunda temporada, comparada con la primera, es poco menos que basura nitrogenada. Me niego a tragar esa píldora: en mi opinión, ni la primera temporada es tan sublime, ni la segunda tan prescindible. Porque, si algo caracteriza a "Twin Peaks", ello es, en el tanteo a ciegas intrínseco al pionero- atendiendo a la etiqueta de "revolucionaria" con que se la suele identificar-, su indiscutible irregularidad. A lo largo de ambas temporadas existe un insondable abismo cualitativo entre los pasajes, digamos, más lyncheanos- ¡Toma tópico! pero es que algunos son francamente difíciles de eludir...- y muchos otros de mero relleno, cuando no angustiosamente sonrojantes- a nadie escapará que la mayoría de estos últimos coincide con la presencia en pantalla de buena parte del poco atinado elenco adolescente.
Es cierto, por otra parte, que a la resolución del celebérrimo asesinato de la, turbia es poco, Laura Palmer siguen un bajón y una indefinición inevitables- riesgos de empeñarse en exprimir la gallina de los huevos de oro- que, pese a todo, no anulan las virtudes de la- a mi juicio injustamente- denostada segunda temporada. Una de dichas bondades es el recurso a una baraja de "cameos", en general, muy estimulante. El agente travesti que encarna David Duchovny es sencillamente impagable, lo mismo que otro agente, entrañable y sordo como una tapia, interpretado por el propio Lynch. Heather Graham, jovencísima, era un ángel, sobre todo si la comparamos con el espantajo plastificado en que la han convertido los años y la industria. Los mórbidos belfos y grávidas pestañas de Billy Zane- no todo iban a ser aciertos a ese respecto- me repelen en la misma medida en que, por entonces, atraerían a más de una moza briosa.
Otro elemento que dice mucho en favor de su segunda temporada es el capítulo que pone colofón a la serie. De los últimos treinta minutos del mismo, sometidos a valoraciones y análisis de todo tipo, del derecho y del revés, hasta la más exhaustiva y última- me perdonarán la cacofonía- de las saciedades, sólo apuntaré que nos sumergen en una delirante orgía de motivos oníricos, culminada con un antológico plano final que pone los pelos como escarpias hasta al espectador más aguerrido.
"Twin Peaks" es, en fin, una buena serie de televisión. Pese a que el paso del tiempo haya sido cruel con bastantes de sus aspectos- y con algunos de sus intérpretes, no solo Heather Graham-, tiene momentos de altísimo nivel, que resisten incólumes, e incluso reforzados, los embates de la edad. Y no sabemos cómo envejecerán todos esos productos cuya aparente calidad- "la edad de oro de la televisión"- llena hoy la boca de tantos exaltados. Puede que peor que "Twin Peaks".
Mención aparte merecen, ya para terminar, su simpático protagonista Kyle McLachlan, y el precioso tema musical compuesto por Angelo Badalamenti para los títulos de crédito. En definitiva me atrevo a creer que son, junto a los- abundantes- fogonazos de genialidad lyncheana, lo mejor de una serie, eso sí, e igual que su creador, un tanto sobredimensionada- para bien y para mal.
Carorpar
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