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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
7
Drama Biografía sobre el pintor británico, J.M.W Turner (1775-1851). Artista reconocido, ilustre miembro de la Royal Academy of Arts, vive con su padre y su fiel ama de llaves. Es amigo de aristócratas, visita burdeles y viaja frecuentemente en busca de inspiración. A pesar de su fama, también es víctima de las burlas del público y del sarcasmo de la sociedad. Profundamente afectado por la muerte de su padre, decide aislarse. Su vida cambia ... [+]
2 de enero de 2021
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Estupenda aproximación a la figura de J. M. W. Turner, paisajista inglés incardinado en el romanticismo, pero ejecutor de una plástica personalísima que hizo de él un vanguardista “avant la lettre”, influencia decisiva en el arte contemporáneo más allá de su evidente impronta en los célebres —y hoy celebrados— impresionistas franceses.
A la proverbial pericia del audiovisual británico para las reconstrucciones históricas vienen a sumarse el talento y la personalidad de Mike Leigh, cineasta capaz de erigir una estética inconfundible en base al feísmo y la animalidad, pero —y ahí radica su gran, casi inconcebible mérito— sorteando cualquier tentación tremendista. Efectivamente, Leigh se recrea con fruición barroca en las pústulas —físicas y también morales— de sus personajes; ahora bien, nunca hace escarnio de ellas, pues no le mueve el menosprecio sino una piedad y benevolencia igualmente características.
Timothy Spall constituye la encarnación más perfecta de tan peculiar “pathos”. No en vano se trata del actor fetiche de Leigh, con quien ha trabajado en numerosas ocasiones. Agraciado —es un decir— con un físico insólito, ha hecho de él toda una declaración de principios que encuentra corolario y culminación en la cinta que nos ocupa. El desaliño y la mezquindad “petite bourgeoise” del biografiado contrastan con los asombrosos efectos de luz que lograra en sus pinturas, esos cielos tormentosos sobre el mar bravío, lugar común de la torturada imaginería romántica y, no obstante, nunca superados.
Si de tamaña conjunción de gruñidos, lapos y regüeldos surgió una obra de la talla de la de Turner no queda sino concluir que los caminos de lo sublime son inescrutables y que la belleza se sobrepone a todo, incluso a los vicios —humanos, demasiado humanos— de sus creadores. En fin, una reflexión parecida podría hacerse acerca de la fecunda colaboración entre Mike Leigh y Timothy Spall.
Carorpar
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