Haz click aquí para copiar la URL
España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
9
Cine negro. Drama Tras los muros de la penitenciaría Westgate imperan el miedo y la violencia. El alcaide de la prisión mantiene hacinados a los presos y además, los somete a constantes torturas y vejaciones. Joe Collins y sus compañeros de celda, hartos de la situación, deciden organizar una fuga. Un plan temerario que tiene muchas posibilidades de acabar en un baño de sangre. (FILMAFFINITY)
31 de agosto de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde un punto de vista objetivo y estrictamente semántico “Brute force” merece sin duda el calificativo de obra maestra. Y digo bien, “maestra”, porque enseña y sirve de guía a otros; en este caso, la película es precursora y marca el camino a los que vendrán posteriormente para convertir el subgénero carcelario en imprescindible. Fugas cinematográficas ha habido muchas a lo largo del tiempo, pero ninguna como ésta que tal vez debería ser juzgada como la madre de todas ellas. Hasta este 1.947 no habíamos visto ninguna otra, no al menos en una obra del calibre y del calado de la de de Dassin que de igual forma debería ser distinguido por ello con el rango de maestro.

En realidad, estos muros de Westgate no son muy diferentes a otros que en el futuro albergarán historias similares. Aquí ya vemos cómo los reclusos son sometidos a una disciplina que traspasa con creces todos los límites por parte de los en teoría encargados de custodiarles. Como veremos más tarde en “Brubaker”, por ejemplo. Al igual que en la icónica “Fuga de Alcatraz” los deseos de libertad de los prisioneros chocan de frente con las ansías de poder que exhiben sus carceleros. Lo mismo sucede en la infravalorada “Homicidio en primer grado”, en la que el principio de acción /reacción rige las tensas relaciones entre cautivos y funcionarios. Hay también un par de detalles que no se deberían pasar por alto como ese tablero de ajedrez que preside la celda y que sólo unos años más tarde volverá a aparecer en el “Stalag 17”, el barracón ideado por el maestro Wilder. O el poster en la pared de esa mujer que sirve de musa y de mucho más como sucederá bastante después en “Cadena perpetua” en la que también los planes se fraguaban en una sala oscura a la luz de un proyector. En fin, es lo que tiene ser un pionero.

Y luego está, claro, Burt Lancaster que años más tarde volverá a enfundarse el traje a rayas para encarnar a su inolvidable adiestrador de pájaros en Alcatraz. Aquí no hay pájaros, sólo jaulas. Y como dice uno de los personajes, el instinto de un hombre enjaulado le instigará siempre a escapar, no importa lo descabellado de la idea ni lo imposible que se presente la fuga. Y eso no cambia – “dentro de doce años, seguirá siendo el martes a las 12, 15” dice otro. Los únicos resquicios de libertad para estos hombres se presentan en forma de recuerdos y en forma de mujer. Es lo único que tienen y a lo que se aferran, a pesar del dolor que dicho recuerdo les puede llegar a causar confirmándoles que definitivamente la vida no les ha tratado nada bien.

“Brute forcé” es una obra maestra por esto y por mucho más, por su inolvidable final - qué final-, por sus impecables diálogos y su certero dibujo de personajes que creará escuela. Desde el entrañable doctor que no deja de ser un preso más hasta el alcaide que calla más que otorga y ese coro de esclavos en el que encontramos al líder, al soplón, al mimado… y no nos olvidemos del simpático Calypso. En el otro extremo, el malo malísimo Hume Cronyn en la piel del despreciable capitán Munsey. Desde hoy está por derecho propio en mi lista de villanos favoritos del cine. Espero que muy pronto esté en la de alguno más; no se la pierdan.
Juan Solo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow