Hermosísima historia de amor y pasión. Lo cierto es que después de verla, sólo me quedaron ganas de salir a la inmensidad del campo y dejar que las fuertes manos de un vaquero me domaran cual si yo fuera un espantapájaros que necesitara de un arreglo y de saciar mi insaciable sed de amor y locura.

Debemos dar rienda suelta a nuestros impulsos primarios, como bien nos recomienda nuestro gran amigo Ang Lee. Todos somos homosexuales en algún sentido, en otro o en todos. Espero que esta bendita película haya podido abrirle los ojos (todos los ojos) a más de uno, de dos y de tres personas, en especial fortachones y masculinos con tremenda virilidad.

Centrándonos en la película, debo decir que eran muy excitantes todas y cada una de las escenas que compartían Ledger y Gyllenhaal, en especial las previas a su primer contacto erótico donde la pasión rebosa cual si intentas vaciar la catarata del Niagara sobre un vaso de agua.

Anna Faris simplemente sobra cual Guti en la selección o en nuestro país.

Ledger, donde quiera que estés, quiero que sepas que te amo y deseo que la vida acabe conmigo pronto para acariciarte y abrazarte.