Haz click aquí para copiar la URL
España España · http://www.koult.es/ Castellón
Voto de Migue Muñoz:
6
Animación. Aventuras. Comedia. Acción. Infantil Para el super-perro Bolt todos los días están llenos de aventuras, peligros e intriga -al menos hasta que las cámaras dejan de grabar, ya que es el protagonista de un famoso programa de televisión-. Pero cuando la estrella canina del gran éxito televisivo es enviada accidentalmente desde sus estudios de Hollywood a Nueva York, comienza su mayor aventura en un viaje campo a través por el mundo real. Bolt está convencido de que todos sus ... [+]
18 de diciembre de 2008
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Wall-E cómo película resulta ser, sin ningún tipo de esfuerzo, la mejor obra de éste finiquitado 2008 (un año también endurecido por la crisis artística o de ideas y no sólo económica), cómo producto comercial distribuido y exhibido en una sala de cine (con los tráilers que le antecedían, el tradicional corto de Pixar y los títulos de crédito finales) resultó ser en su momento toda una subterránea confirmación de lo ya sugerido desde que John Lasseter fundó la todopoderosa y creativa Pixar.

A pesar de que Disney haya logrado que Lasseter se haya quedado en su nueva andadura (la animación digital y 3D) sin dejarlo irse a Pixar y teniéndolo como el director absoluto de todos sus proyectos, no sería bueno engañarnos y pensar que ya está todo hecho. Su primer trabajo sube la media de los últimos trabajos de Disney pero se queda a años luz de la profunda alma de las obras pixarianas.

Las desventuras de un perro nacido y criado en el seno de la industria cinematográfica que tergiversa la realidad y la ficción en pro de una vida de star-system manipulada, es un concepto fabuloso para trabajar varias hipótesis (las cuales parecen entrar en la historia en algún momento) tales cómo: la velocidad a la que se dirige la vida es más transversal que un relámpago; el efimero fulgor de una estrella es la recompensa del narcicismo reinante en nuestra sociedad masificada y globalizada por los medios; el sistema está preparadísimo para relevarte cuando haga falta.

Además de esta estimulante historia de fondo también se alcanza una cota más elevada en cuanto a la formalidad: los personajes recuperan el insufle de vida, alma y empatía que solían tener los clásicos disneyanos, y a pesar de cierta asepticidad ya olisqueada en el tráiler veraniego, sí que se agradece la incursión en territorios más amplios con una visión adoptada que no desplaza al espectador adulto.

El juego entre luces y sombras: el trabajo de la luminosidad reinante en el viaje de costa a costa contra la penumbra llena de significados en las escenas dentro de los platós y estudios de grabación, agradecen esa complicidad entre forma y fondo, así cómo la consciente voluntad por querer facturar obras perdurables y no productos perecederos.

Y es que Bolt se deja ver con interés, aunque en ella descanse cierta irregularidad y una falta de hervor en algún tramo que provocan que este cruce entre Oliver y su pandilla (George Scribner, 1988) y De vuelta a casa: un viaje increible (Duwayne Dunham, 1993) visite el tratado de la orfandad y atienda el subgénero de los viajes iniciáticos de mascotas desde la simpatía y el estilo gráfico supervisado por Lasseter (personajes secundarios robaplanos como Rhino, el animoso hamster que acompaña al protagonista) pero que siguen atestiguando una reveladora paradoja: el alumno aventaja al maestro.
Migue Muñoz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow