Las facilidades con las que cuenta "Kubo y las dos cuerdas mágicas" a la hora de contar su historia y de narrarnos una magnífica y mágica aventura a través de su depurado apartado técnico son impresionantes, y sin lugar a dudas, a cualquier amante del género le apasionarán.

Antes de que penséis en grandes obras del stop-motion ("Pesadilla antes de Navidad", "Mi novia cadáver" o "Frankenweenie"), dejad que os diga que el trabajo de "Travis Knight" y de todo el equipo no se queda atrás y es digno de alabanza. Con esfuerzo y sudor, una nueva joya nos es traída a la gran pantalla (a pesar de que estoy publicando esta crítica a destiempo) y nos deja con un increíble recuerdo de lo bonita que es.

Aunque, para mí, "Kubo" sea una obra maestra de las que ya no se hacen, no está de más comentar qué hace mal éste film: su tercer acto. Laika siempre flaquea en éste aspecto y es sabido por sus más férreos fans la torpeza narrativa que suelen demostrar en un tercer acto / tramo final de la historia. Aquí, en esta nueva producción, la cosa no mejora y la película flaquea por el bajón argumental.

No estoy diciendo que éste tercer acto sea malo, ni muchísimo menos, pero comparado al altísimo nivel que mantiene a lo largo de todo el resto de la cinta es claramente inferior y destiñe un poco su belleza. No obstante, no voy a perderme mucho en lo malo, porque "Kubo" hace muchas más cosas buenas que malas; pero vamos, hasta el infinito y más allá.

El dibujo, los recursos con los que cuenta el film, la belleza de sus paisajes y de sus ciudades, el increíble y memorable diseño de sus personajes, y el uso de color inclusive... Todo está medido de forma espectacular y crea un toque muy distintivo, muy personal; uno que hará que a los que les ha apasionado tanto éste film como a mí no se les olvide ni un solo centímetro del rostro de Kubo.

La historia se mantiene fuerte, y la narración rica durante la mayor parte del film (salvo donde ya he comentado más arriba): aunque la trama en sí puede parecer simple, las metáforas narrativas y visuales (audiovisuales) se abren paso en la mente del espectador y se quedan para no volverse a marchar. Se nos ofrece un número limitado de personajes y tenemos total libertad para sentirnos identificados con al menos uno de ellos; por qué pasa, por su pasado o, por qué no, por lo bien que lucen.

Abajo en la zona spoiler dejaré algún que otro detalle que me ha fascinado, para ahorraros destripes argumentales, pero creo que el concepto ha quedado claro y la idea bien resumida: ved Kubo si esperáis una buena historia, y en especial si os gusta el stop-motion y los filmes puramente bellos. Y si no os ha gustado, no me habléis.