Todo comienza en que Quentin Conners (Jason Statham) es un policía al que por llevar mal un caso acaba expulsado del cuerpo. Un grupo de ladrones quieren dar un gran golpe en un banco, pero un empleado hace sonar la alarma y de inmediato llega la policía. El jefe de los asaltantes es Lorenz (Wesley Snipes) y pide que para negociar sea Quentin el que negocie con ellos.

Ciertamente, las críticas decían que era una película de acción y suspense hasta el final, pero lo único que se encuentra es una trama policial en la cual ya desde un buen comienzo comienzas a atar cabos fácilmente, y el final es siempre más de lo mismo, policías corruptos, genios de informática, etc.