Yo, de verdad, no acabo de entender qué patrón, criterio, norma o procedimiento siguen los críticos para valorar las series. Puedo comprender que cualquier persona de a pie que se deje influir por sus gustos y, según esto, por su edad, cultura, intereses y demás, acabe pensando todo lo contrario que otro sobre un film o serie en particular. Pero, ¿un crítico profesional? No lo entiendo.

En el caso del cine uno suele acabar encontrando en la crítica profesional una buena referencia si revisa la media de las notas otorgadas, pero con las series pasa algo extraño.

Srs. críticos profesionales, ¿de verdad? ¿De verdad pueden justificar valorar esta mediocre serie, a la que el film original deja a la altura del betún, con la misma nota que series como “True detective” o “Breaking bad”? Porque hacer eso, srs, es haber perdido la cabeza por completo.

Salvo la fotografía y los decorados, de “La maldición de Hill House” no hay nada que se salve. El guión es sencillamente lamentable, alargando hasta el tedio cualquier idea idiota con tal de conseguir que la serie dure diez capítulos. Los sustitos baratos, de película cutre, campan por doquier pues, de otra forma, hasta olvidaríamos en cualquier momento que estamos viendo una película de suspense o intriga (ya no digo de terror siquiera). Las actuaciones, salvo las de algún niño, son justitas, justitas. Y el resultado, en su conjunto, está a años luz del “The Haunting” original de 1963 (film que, por cierto, sólo llega una nota de un 6 en esta web).

Sencillamente flipante.

A los que lean esta critica: salvo que su criterio cinematográfico sea el del clásico conformista dispuesto a ver un telefilme alemán de sobremesa de fin de semana de Antena 3 con tal de pasar un rato mirando la caja tonta, huyan de esta serie como de la peste bubónica. Y si les gustan las historias de casas encantadas, busquen el “The haunting” de 1963, o “La leyenda de la mansión del infierno” de 1973, o “Al final de la escalera” de 1980, o “Los otros” del 2001 , que tienen en esta web una valoración inferior a este truño de serie, a la que ya le gustaría parecerse, aunque fuese un poquito siquiera, a cualquiera de ellas, que la superan en todos y cada uno de los apartados cinematográficos que deseen comparar.

Viva la coherencia de los críticos.