No sé por qué no se puede dar un cero. No sé de dónde sale el 6,1, ni las buenas críticas profesionales. Me dá igual el logrado acento flojo de asturiana o las bonitas localizaciones. Cuando un guión carece del mínimo atisbo de verosimilitud y coherencia y la historia evoluciona hacia el delirio absoluto y absurdo creándote esa sensación de rídiculo y vergüenza ajena -o propia por haber perdido tu tiempo- entonces, el voto debería poder ser un cero de castigo.

Especial mención a la relación de tú a tú donde los profesores se rebajan al nivel de sus macarras y sádicos alumnos adolescentes. No sé cómo serán en la realidad las clases según qué institutos, pero por muy mal que esté el panorama, creo que es muy muy lamentable la imagen que se construye aquí de los profesores.

No todo debería valer para tener audiencia.