Empieza la película con el Denzel en plan guerrero postapocalíptico. Bien, te dices.
Ensaladas de tiros. Hostias. Cuchillos de psicópata. Bueno.
El tío lleva un libro que esconde ¿serán las recetas de Arguiñano?.
Sale un malo mas malo que el vino en brick.
Cuando empezamos a olernos la tostada nos mosqueamos.
El Denzel como si con él no fuera la cosa. Inexpresivo como Tutankamon. Se quita y se pone sus gafas negras como Horatio y escucha su musiquita en el aparatico.
Como enseguida se ve la deriva de la cosa uno se va cabreando. Mas que nada porque lo que nos han prometido como un "fin sorprendente" se va configurando como una tomadura de pelo de las que hacen época.
Mala. Peor incluso.