Película francesa - canadiense sobre esquimales basada en la novela "Agagurk". No he leído la novela en la que se basa, por lo que no puedo comparar, pero si nos fijamos en la trama la película flojea al mostrar la relación padre de la tribu - hijo e hijo - esposa. No profundiza mucho y, visto el final, estas relaciones son de gran importancia. Además tampoco se hace mucho énfasis en la dualidad de querer vivir sin el hombre blanco pero al mismo tiempo no saber vivir sin sus inventos.

Otra pega que le pongo es la elección de actores, pero no porque sean malos, si no porque no pegan. Vale que no tuvieron actores inuits, pero no me puedes hacer pasar a Lou Diamond Phillips (de un metro ochenta) por un inuit, que es una raza bajita. Lo acompañan el carismático y mítico actor japonés Toshiro Mifune ("Los siete samuráis") y la actriz china - estadounidense Jennifer Tilly. Tras la elección de esta atractiva actriz y no otra con más pinta de inuit está obviamente la necesidad de atraer a gran parte del público occidental. En esta línea de necesidad de vender se encuentran también las escenas eróticas bastante picantes.

Hablando ya un poco de la parte positiva de la película, no se pueden obviar los hermosos paisajes y la tranquilidad que trasmite. Otro punto a favor es que no caigan en el tópico del "buen salvaje". Aunque mi conocimiento de los inuits oscila entre 0 y nada, me ha hecho gracia como han caracterizado a algunos como una especie de hippies que mezclan el catolicismo con sus movidas naturalistas.

Ya para ir acabando, me gustaría replicar a otra crítica que he leído, que duda del ecologismo de los esquimales porque usan pieles. Amigo, el ecologismo debería ser eso, aprovecharte de lo que ofrecen naturaleza y animales respetándolos y cumpliendo tu función en la cadena de la vida.

No me enrollo más. Película que tiene su interés pero que no cumple con lo prometido por la necesidad de hacer caja.