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España España · Barcelona
Voto de rober:
8
Drama. Bélico. Aventuras Durante las Guerras Púnicas, la pequeña Cabiria y su nodriza son raptadas durante la confusión causada por la erupción del Etna. Cabiria es vendida en Cartago para ser sacrificada en el templo de Moloch. Fulvio Axilla, un espía romano, y su esclavo Maciste la rescatan y queda al cuidado de la reina Sophonisba. Diez años después, después de la guerra y la caída de Cartago, Cabiria vuelve con Fulvio. (FILMAFFINITY)
27 de octubre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una obra magna, mayúscula, que no hay que dejar de reivindicar. Si se quisiese hacer hoy esta película, reproduciendo los mismos planos, y utilizando los medios tecnológicos disponibles, seguro que el resultado sería una gran producción. Pues podemos imaginarnos cómo sería entonces rodar esta película hace cien años...

“Cabiria” es la sublimación del péplum o del cine colosal que se estaba haciendo por Italia en los primeros años del cine, y vista hoy impresiona por todos los recursos que despliega. El argumento es complejo, lleno de subtramas, con un contexto histórico marcado por lugares y personajes reales y una ficción que se desarrolla y evoluciona con distintos personajes. La acción progresa en distintas direcciones, con un guión planificado, y una meditada labor de montaje para editar el relato de un modo coherente y rico para el espectador. Es obvio, en 1914 ya se habían descubierto los recursos para relatar una historia mediante esta nueva herramienta llamada cine. Técnicamente sorprenden los incipientes pero ajustados movimientos de cámara, el lenguaje tradicional del “teatro filmado” queda superado de forma definitiva. Las espectaculares escenas de exterior se combinan con las de estudio, no menos grandiosas. Pero, sobre todo, destaco unos efectos especiales avanzadísimos para la época y, sobre todo, perfectamente integrados en la acción. La labor de Segundo de Chomón (un genio al que nunca se ha hecho justicia en los términos que merece) trasciende del mero truco de feria, para integrarse dentro de una obra global. Los efectos especiales no son ya un fin en sí mismos, ni van dirigidos únicamente a deslumbrar al espectador, sino un instrumento en el proceso de contar la historia. Claro que esto es algo que Chomón ya vislumbró desde sus primeras obras. Hay un puñado de escenas para recordar siempre: la erupción del Etna, el templo de Moloch, la batalla naval de Siracusa, la pirámide humana para la entrada de Axilla en la ciudad, el asalto a la ciudad de Cirta… Todo es espectacular. Imposible calcular cuántos figurantes aparecen en la película. Y, como el gran cine de aventuras, la película contiene las dosis justas de humor, acción, heroicidad, romance, erotismo…

En fin, para los que nos gusta el cine, siempre es un lujo disfrutar de las obras de los primeros grandes directores, que marcaron un camino para todos los que han venido después. Durante décadas, el cine de aventuras se basó en estas mismas estructuras, sin introducir cambios cualitativos destacables. Ya estaba todo aquí.

Y, para todo el mundo en general, puede ser una sorpresa descubrir que el cine comercial, tal y como hoy lo entendemos, no se inventó en Hollywood.
rober
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