Ti West ofrece un relato de terror con todos los tópicos del género (un hotel desangelado con un espíritu que lo habita, jóvenes que intentan trabar contacto con fantasmas, vidente, anciano enigmático...), pero sin recurrir a los clichés en el desarrollo del relato. El resultado es muy pobre debido a que la historia no da para mucho, y si además el director no sabe transmitir tensión, el resultado es una película más bien aburrida, lo cual es lo peor que se puede decir de una película de miedo. Está bien que el director quiera prescindir de los sobresaltos habituales del terror palomitero, pero a cambio ha de saber generar la suficiente adrenalina. Y, en mi opinión, no lo consigue. El conjunto es hueco e insustancial, y el colofón es un final muy pobre. En suma, totalmente prescindible.