En esta recreación de Chanya Button de los amoríos sáficos entre la atormentada Virginia Woolf y la juerguista bisexual y también escritora (de más éxito inmediato y mucha menos profundidad) Vita Sackville-West (inspiradora del personaje transgénero y transépoca Orlando), encontramos algunas de las virtudes casi omnipresentes en el cine británico de todas las épocas: la perfección de las ambientaciones históricas, la sobriedad de las situaciones planteadas y las magníficas interpretaciones de todo el elenco (hasta el figurante más fugaz suele dejar su impronta de calidad interpretativa). La historia, sin embargo, resulta insulsa y deslavazada, y desde luego fracasa completamente al retratar las claves del grupo intelectual Bloomsbury (si es que había alguna pretensión de hacerlo) o de las angustias cotidianas de Virginia Woolf. Una película ideal para ilustrar un cine-forum o tertulia sobre Woolf o el Orlando. Pero poco más.