“Si nos pincháis, ¿no sangramos?. Si nos hacéis cosquillas, ¿no nos reímos?. Si nos envenenáis, ¿no nos morimos?.”
Encuentro que es una excelente película, aunque le pondría algunas pegas: para los que somos de letras y nos hemos mantenido fieles a ese espíritu toda la vida, el lenguaje económico utilizado nos resulta no ya difícil, sino totalmente incomprensible. Ello no impide seguir la trama, pero nos vemos forzados a inferir constantemente. Si debiera resumir de manera general el argumento, creo que sólo sería capaz de decir que se trata de una gran empresa en crisis galopante. Por otra parte, son excesivos los usos que se hace de las elipsis en el desarrollo del guión, hasta el punto de que muchas veces, como no tengas ocasión de verla por segunda vez, se te escapan muchas cosas. Por ejemplo, la separación del matrimonio de Gene McClary es una información muy confusa, pues al principio da la impresión de que él tiene una aventura, pero no de que se ha separado de su mujer.
Excelente el trabajo de los actores y muy agradable reencuentro con Rosemarie DeWitt a quien algunos recordaremos de sus intervenciones en “Mad men” como amante ocasional de Donald Draper.
Estamos a mi modesto entender ante una excelente película, muy adecuada para los tiempos que corren, en que los trabajos tienen menos estabilidad y certeza de futuro que un soufflé fuera del horno.