Quedé absurdamente hipnotizado por este INTRUSO, que no terminaba de entender ni comprender... Al principio creí que iban a suceder cosas dramáticas muy profundas y desconsoladas, o incluso que se descollara por precipicios malignos.

Cuando los minutos transcurrían entendí que estaba ante un producto diferente, de estructura cercana a las viejas películas filmadas décadas atrás. Cine al cual venero y respeto, pero que ahora solo sirve para conocer los orígenes de la industria, y que muchos espectadores valoran generosamente, siempre desde la nostalgia.
Pues eso fue lo que pensé de INTRUSO. Y el tiempo pasó y pasó, y me aburrí, y me seguí aburriendo con esas hermosas imágenes tan enternecedoras y maravillosas.

Casi treinta años después, si se le quitase el color podría aparentar treinta más. Un mérito.