El director islandés Baltasar Kormákur hace su primer trabajo con actores americanos, presentándonos una historia de estafas y, de cómo las personas son capaces de hacer cualquier cosa con tal de conseguir una indemnización de su seguro.
La historia nos expone unos personajes que viven en una ciudad nada apetecible, y que intentan salir de un agujero en el que se encuentran. Para ello, serán capaces de hacer cualquier cosa.
A esa ciudad llegará Forest Whitaker, un investigador de estafas, para saber si es legal que esa familia cobre una indemnización de un millón de dólares. Él realiza una buena interpretación como nos tiene acostumbrados, y nos regala un personaje que lleva un gran peso en su interior gracias a que su trabajo es intentar que los asegurados no cobren indemnizaciones, y para ello deberá descubrir sus trapos sucios.
Junto a él Julia Stiles y Jeremy Renner. Ambos son los encargados de intentar cobrar esa indemnización. Ella sigue siendo una actriz que no me gusta. Nunca he encontrado una actuación que me haya gustado, ya que me parece una actriz fría que no proyecta nada. En cambio, Jeremy Renner demuestra que es un actor que se defiende bastante bien, y aunque no resulte brillante, sí que transmite.
La historia empieza muy bien introduciendo a uno en una trama diferente. Además uno intuye que la historia va a tener diversos giros haciendo que sea difícil desconectar. Pero en realidad no es del todo así. La historia no consigue despegar, y se desinfla en muchos momentos, haciendo que sea complicado engancharse. Aun así, hay que reconocer que la base es muy buena, pero es una pena que no se le haya podido sacar mucho más partido, haciendo que al final resulte un poco frustrante
En fin, nos encontramos ante una película de la que uno se espera mucho más al leer la sinopsis, y sobre todo por el comienzo que tiene. No obstante uno se distrae en algunos momentos. Además, hay que reconocer que la fotografía es formidable.