Cuando en 1996 se estrenó "Independence Day" hubo una auténtica revolución en todos los cines del mundo; ya que la gente acudía en manada para ver la película. Fue toda una sorpresa, ya que fue muy bien acogida en general por público y crítica. Y en mi caso tengo que reconocer que me gustó.
Veinte años después Roland Emmerich se pone al frente nuevamente para narrarnos la continuación de esta historia, la cual nos recoge a una nueva generación de supervivientes de esa guerra extraterrestre. Una nueva generación que se encuentra con un nuevo ataque que deben afrontar tanto dentro como fuera del planeta; a fin de poder ganar y así garantizar el futuro de la raza humana.
Cuando decidí ver esta película tengo que decir que no tenía muchas expectativas. Es más, tenía muy pocas ya que me esperaba un film bastante malo. Pero en mi mente no cabía la opción de que fuera a ser semejante bodrio que no había por donde cogerlo.
Para acabar pronto con lo bueno, voy a nombrarlo lo primero. Sin lugar a dudas son los increíbles efectos especiales que tiene. Un trabajo realmente sobresaliente que era de esperar. Porque es que si este film no tiene unos buenos efectos especiales pues apaga y vámonos.
Por lo demás, no hay absolutamente nada que merezca la pena. Pero nada de nada. Todo es de una calidad tan nefasta que produce repelús.
Empezando por un infumable guión que no hay por donde cogerlo. Yo me imaginaba algo súper patriótico en plan: "los estadounidenses somos los mejores y menos mal que estamos, que sino nadie podría salvar al planeta". Pero de verdad, este comentario se queda corto con el nivel de patriotismo que expone esta película. Dios salve a los EEUU, que sin ellos el ser humano no hubiera existido nunca. Dios salve a los EEUU, que ellos fueron los creadores del universo y del planeta en sí. Dios salve a los EEUU porque a ellos les debemos la comida, el agua, el aire y el poder estar vivos; ya que ellos son los verdaderos dioses del mundo.
Pues por muy exagerado que parezca esto que digo; el guión está lleno de mensajes subliminales de este estilo que hacen que uno vomite y se plantee viajar a los Estados Unidos.
Las actuaciones no es que sean menos infumables. De verdad, ni uno solo de los que aparecen realizan un trabajo ni meramente aceptable. Todos estás horribles.
En fin, "Independence Day: Contraataque" es una secuela que debería haberse quedado en el cajón de algún estudio de Hollywood, y que nunca hubiera visto la luz. No creo que ni los propios estadounidenses disfruten con esta película que lo único que produce es bochorno.