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Voto de Juan Rúas:
7
16 de diciembre de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estilo Noé. Firma y sello de fábrica.
1er acto: Presentación al vuelo de todos los personajes mediante pantalla televisiva.
2do acto: video clip en cámara fija donde cada personaje se integra (?) al resto en una coreografía hipnótica y muy bien acompasada
3er acto: plano secuencia a través del cual todos los personajes se van relacionando mediante conversaciones efímeras.
4to acto: cámara fija centrada en distintas parejas dialogando sus fantasías, inquietudes, ansiedades y temores. Porque no, fobias también.
A partir de aquí comienza el...¿conflicto? Veamos. Una de las principales características de Climax es su inestabilidad inicial. No existe un orden que deviene en desorden sino un desorden de base (ya palpable en la coreografía inicial) que tan solo aumenta de temperatura hasta degenerar en un espectáculo grotesco, creepy, siniestro por momentos.
Sus personajes no son relevantes individualmente. Y esto es relevante, puesto que las comunidades queer buscan, ante todo, saber diferenciarse de una multitud normativizada. En Climax se invierte este rol, y cada personaje actúa como célula indiferenciada de las demás. Ninguno importa "por sí mismo".
El mensaje se presenta desnudo, sanguíneo y de interpretación pesimista libre hasta que una frase reza:: "la vida es una imposibilidad compartida". Este mensaje pide un marco más específico de interpretación: ningún personaje, aún estando en su grupo de referencia, logra ser/hacer lo que quiere ser/hacer. Y esa imposibilidad estalla bajo un estilo de aura surrealista, guasonesco. Propio de película pulp.
Climax está lograda. Aunque el devenir de los hechos, por su naturaleza retorcida, pesadillesca, difícilmente cale hondo en el espectador medio. Esto es deliberado: Noé nunca le guiña el ojo al espectador promedio.
1er acto: Presentación al vuelo de todos los personajes mediante pantalla televisiva.
2do acto: video clip en cámara fija donde cada personaje se integra (?) al resto en una coreografía hipnótica y muy bien acompasada
3er acto: plano secuencia a través del cual todos los personajes se van relacionando mediante conversaciones efímeras.
4to acto: cámara fija centrada en distintas parejas dialogando sus fantasías, inquietudes, ansiedades y temores. Porque no, fobias también.
A partir de aquí comienza el...¿conflicto? Veamos. Una de las principales características de Climax es su inestabilidad inicial. No existe un orden que deviene en desorden sino un desorden de base (ya palpable en la coreografía inicial) que tan solo aumenta de temperatura hasta degenerar en un espectáculo grotesco, creepy, siniestro por momentos.
Sus personajes no son relevantes individualmente. Y esto es relevante, puesto que las comunidades queer buscan, ante todo, saber diferenciarse de una multitud normativizada. En Climax se invierte este rol, y cada personaje actúa como célula indiferenciada de las demás. Ninguno importa "por sí mismo".
El mensaje se presenta desnudo, sanguíneo y de interpretación pesimista libre hasta que una frase reza:: "la vida es una imposibilidad compartida". Este mensaje pide un marco más específico de interpretación: ningún personaje, aún estando en su grupo de referencia, logra ser/hacer lo que quiere ser/hacer. Y esa imposibilidad estalla bajo un estilo de aura surrealista, guasonesco. Propio de película pulp.
Climax está lograda. Aunque el devenir de los hechos, por su naturaleza retorcida, pesadillesca, difícilmente cale hondo en el espectador medio. Esto es deliberado: Noé nunca le guiña el ojo al espectador promedio.