The Bobo (El magnífico Bobo) es una película dirigida por Robert Parrish en 1967. Se hace difícil entender como después de haber protagonizado las inolvidables ‘La pantera Rosa’ y ‘El regreso de la Pantera Rosa’, Peter Sellers se vea envuelto en una película a la que inicialmente le falta empaque de conjunto, flexibilidad actoral y frescura narrativa como consecuencia de los discretos resultados en la edición a cargo de John Jympson junto al realizador, el guión de David R. Schwartz basado en la novela de Burt Cole, la música de Francis Lai y la fotografía de Gerry Turpin.

Si Robert Parrish venía de participar en el rodaje de la magnífica Casino Royale (1967) junto a grandes directores como John Huston Val Guest, Joseph McGrath y Ken Hughes y un elenco de primera línea ¿Cómo el destacado y reconocido cuadro actoral de ‘The Bobo” puede llegar a obtener un resultado que no va más allá de una moderada comedia de enredo sin otras pretensiones que la de girar todos los personajes en torno a Juan Batista (Peter Sellers)?

Viéndola nos percatamos del protagonismo absoluto de Sellers frente a los actores y actrices de talla como Aldofo Celi (Francisco Carbonell), Rossano Brazzi (Carlos Matabosch), Britt Ekland (Olimpia Segura), la experimentada Hattie Jacques (Trini Martínez) o el gran Ferdy Mayne (Silvestre Flores) entre otros, representando algún que otro amante imposible, la conquistadora de arrebatadora belleza de una mujer caprichosa, una sirvienta de fuerte carácter y algún vendedor coartado.

La utilización de tópicos en lenguaje y atrezzo marcan un exagerado protagonismo en los personajes difícilmente entendibles en la Barcelona de la época donde un artista con aspiraciones, un empresario escurridizo, algún fracasado vengativo, el ambiente de un bar como lugar de confabulaciones, un cliente cuasi ausente (Carlo Pisacane), un bocadillo de queso en bucle y la multitud educada, silenciosa y sospechosamente agolpada, son los resultados de una película realizada con el espíritu de un guía turístico cuyo único interés es mostrar la pasión desmedida de los lugareños por el amor, la fiesta y el cuadro flamenco representado aquí por la grandísima actuación de la bailaora ‘La Chana’ (Antonia Santiago Amador) como uno de los momentos artísticos mejor logrados del metraje.

La estructura narrativa hace dudar sobre el contenido, ya que durante la proyección podemos apreciar lagunas de continuidad en los diferentes roles con vacios no resueltos en montaje y interpretación sobreactuada en algún caso ligada a empatías forzadas entre personajes. Así las cosas El Peter Sellers del Inspector Clouseau es lo opuesto a los resultados del discreto Juan Bautista sustentado por el recurso de la exageración en la imagen de nuestro protagonista. A pesar de todo El magnífico Bobo tiene algunas aunque breves escenas interesantes que, añadidas al valor urbanístico de la ciudad de los años 60 fielmente reflejado en el plano secuencia inicial, se recomienda discretamente su visionado.