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España España · barcelona
Voto de avanti:
6
Comedia Fermín, un boticario algo apocado, acaba de plantar en el altar a una mujer por tercera vez. Sospecha que alguna de sus hormonas no funciona bien y cuando se dispone a acabar con su vida aparece Bienvenido, hombre polivalente, que de modo amigable hace ver a Fermín que lo que padece es un trauma infantil. (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1971 Vicente Escrivá, autor de una larga realización cinematográfica, que se prolongaría hasta 1999, estrenó "Aunque la hormona se vista de seda... ": una curiosa y controvertida película con gran éxito en su momento, donde se daban cita a partes iguales la represión, la semiculta liberación sexual que comenzaba a aflorar, los tópicos enraizados y la nefasta influencia emocional recibida desde las anteriores décadas. Fue , hasta ese momento la culminación de una larga carrera cinematográfica, como coguionista primero ( La mies es mucha (1948), El Tigre de Chamberí (1957) o Sor Ye-Yé (1969) entre una larga lista, además de como guionista y director (El hombre de la isla (1961), El Golfo (1969) o Aunque la hormona...

Como correspondía en la época, la margarita (unos de los símbolos propios de la liberación sexual) baña los títulos de crédito con la alegría propia reflejada en la música del siempre sorprendente Antón García Abril. La extensa representación coral de iconos de la moda del momento nos sitúa en las personalizadas escenas donde los diferentes actores de la obra van apareciendo: Manuel Summers es Fermín Zarra Urtueta el eje principal de la trama, reprimido, acongojado boticario que no logra casarse; Ana Belén es Paloma Gil de la Viña, joven auxiliar de farmacia que muestra afecto y respeto por los sentimientos y por la vida privada de su jefe ante las doñas cotillas Anselma y Virtudes.

Alfredo Landa es Bienvenido Garcés, representa al solucionador de todos los problemas emocionales de las inapetencias y de las inseguridades sexuales de Fermín, poniendo en práctica su hispánica visión de los hechos. Otros personajes corales tienen verdadero protagonismo en el desarrollo de los acontecimientos: el visionario, la señorita del "oficio", el psicoanalista representado por Luis Sánchez Polack 'Tip', el cuerpo de baile y hasta las palomitas del cine mediadoras entre los deseos del reprimido boticario y su bella dependienta.

La película reboza contención, produciéndose un cruce de caminos entre caracteres tradicionalistas (lo establecido) y liberación desatada ( lo reprimido). Vicente Escrivá firmó una cinta, absolutamente revisable, en la que proclamó a los cuatro vientos la necesidad de romper con los tópicos del momento a favor de la liberación sexual y emocional que tan fuertemente impactó en la década de los setenta reflejado en el guión que además de los ya citados Vicente Escrivá y Manuel Summers también escribiera Juan L. Lamet.
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