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Voto de WaldosAstoria:
5
Drama Suecia, siglo XIV. Como cada verano, una doncella debe hacer la ofrenda de las velas en el altar de la Virgen. El rey Töre envía a su hija Karin en compañía de Ingrid, una muchacha que odia a Karin en secreto. Antes de cruzar el bosque, Ingrid se detiene y abandona a la princesa, pero la muchacha prosigue su camino y se encuentra con unos pastores, aparentemente afables, que la invitan a compartir su comida. (FILMAFFINITY)
18 de febrero de 2020
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
A quien vaya a ver esta película Dios lo pille confesado porque puede llegar a morir de aburrimiento durante su visionado casi sin darse cuenta.

En algún momento o lugar alguien estableció el dogma de que lo soberanamente aburrido posee valor intelectual o artístico pero para mí, humilde mortal que intenta sobrevivir en la tundra humana, sigue siendo aburrido.
Es que basta ver uno de los filmes de Bergman, exceptuando el Séptimo Sello, para comprender la razón de que Suecia, pese a su innegable alto nivel de vida, sea un país con un alto índice de suicidios. Prefiero mil veces más una película como "Amanece que no es poco", pero también he de decir que no soy de los que se emocionan con la ópera, solo unas escasas arias llegan a arañar la envoltura de mi duro músculo cardíaco, ni de los que disfrutan con la música clásica, aunque también confieso que tengo algunos compositores entre mis dilectos, tal como Schubert, a quien jamás le perdonaré que me haya dejado sin saber el desenlace de su sinfonía número 8.

Hablando sin ambages, se me ocurre que ciertas cosas han de gustarnos porque así ha sido establecido. De allí que el pescado haya de acompañarse con vino blanco, el champán tomarse en copas de cristal bastante incómodas y el Colacao deba hacerse, sí o sí, con grumos. En mi juventud a esto se le llamaba snobismo pero hoy me temo que se le llama cultura y yo que soy un simplote, de hecho de Shakespeare me gustan solo sus comedias (Romeo y Julieta me resulta francamente intragable), de Cervantes sus sátiras y ciertas obras muy celebradas de distintos autores muy reconocidos me resultan un muermo ¡Qué le voy a hacer! Intento ver estas películas para que la cultura llene de energía mis neuronas pero las malvadas siguen siendo eléctricamente neutras.

Es más, he de hacer otra confesión escandalosa. De pequeño, hace ya mil años, cuando la radio anunciaba sol salía a la calle con paraguas y viceversa. Del mismo modo me comportaba con las críticas profesionales de cine. De hecho, solo veía películas culturalmente interesantes cuando alguno de mis amigos me invitaba a acompañarle porque detestaba ir solo a ver películas de Etore Scola o directores por el estilo. Y allí iba yo, como cordero al sacrificio.

Creo, sinceramente, que ciertas cosas son valoradas por determinadas personas que han sido entrenadas, o se han entrenado, para ello. Así, Jacko Pastorius, virtuoso bajista de lo que antes llamábamos jazz rock, hacía gala de una habilidad al tocar su bajo que solo un músico podía reconocer pero que para el común de los mortales pasaba desapercibida y, culpa de esto, no compraban sus discos. Sin embargo sé de primera mano que muchos aseguran haber visto o disfrutado de cosas que en su vida han visto o gozado solo para no quedar fuera del grupo, o para pertenecer a uno, pero no he sido jamás uno de ellos porque, de ser necesario, me las arreglo bien siendo parte de un grupo unipersonal y no por padecer de personalidades múltiples.

¿Cómo valoro entonces esta película? Con un aprobado, un cinco, porque las imágenes son grandiosas y la forma de relatar los hechos simple y directa pero eso no ha conseguido librarme de los brazos del aburrimiento.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
WaldosAstoria
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