Uno de los mayores descubrimientos que me ha proporcionado el cine en los últimos anos.

Kinji Fukasaku, o Fuck a saco para los amigos, supongo, del que ahora puedo decir, Federer ha plagiado secuencias y estilo a la hora de filmar, nuestro caradura particular bebe de Fuck a saco sin duda alguna, por lo que me lleva a pensar si Roger es original en algo, cierto es que siempre ha señalado a Fuck a saco como un cineasta imprescindible, y para mí, no se equivoca, en absoluto.

Pero no es aquí con su Sympathy for the Underdog donde he hincado la rodilla, nos encontramos ante una película menor, donde aún el engranaje no está listo, y el film adolece del ritmo frenético que Fuck a saco proporcionaría al respetable posteriormente con el mundo de Yakuzas en su visión particular.

La película no termina de avasallar como debería y mis sensaciones conjugaban altibajos y hastío contemplando la licorería mientras degustaba el arroz, pero ha sido un emblemático final el que ha conseguido levantarme de la butaca, y lanzar la jabalina, ahora no recuerdo quién, señalaba que estamos ante el director que más finales abrumadores, secos y electrizantes ha dejado para la posteridad, sinceramente, visto lo visto, no creo que se equivoque.

Por cierto, tengo el huevo izquierdo del tamaño de un balón de nivea.

Se despide desde el sótano.

El tesorero que nunca tuvo nada.