Y yo me he comido todo el plato de muy buen gusto, aunque es cierto que hay algunos tropezones en el plato que se pueden hacer indigestos, pero si tienes un buen estómago llegaras hasta el final. Se agradece un inteligente guión con una intencionalidad crítica a la bienpensante sociedad norteamericana utilizando el humor de manos de un actor que se vuelca en su personaje, es capaz de vestir y hacer lo que sea, en este caso realmente, porque lo exige el guión. La película está estructurada a base de sketchs que van demoliendo los distintos pilares de una sociedad moderna, y se pasa de uno a otro mediante la relación de Bruno y su ayudante con cierta fluidez que hace progresar la visión de la película. Me he divertido como creo que es el objetivo principal del director y de paso he ido reconsiderando algunas de mis fobias o prejuicios sin acritud. Como cine es válido aunque no sea una obra maestra ni creo que lo pretenda.