El tono de la película es de comedia muy negra con tintes neorrealistas. Hay quien ve en el personaje una especie de "El zorro", robando a los ricos y ayudando a su familia y a los pobres, sin renunciar a sus reivindicaciones sociales y trayendo de cabeza a las fuerzas del orden, que no lograron echarle el guante en veinticinco años, hasta que fue asesinado, probablemente por el IRA. El protagonista parece que se ampara en su traumática niñez para justificar su rebeldía violenta. La película empieza con la muerte de "El general", por tanto todo el relato es en "flashback", sabiendo de antemano cómo terminó la historia. No por ello hay intención ejemplarizante, pero tampoco apología de los antisociales violentos. Todos terminan mal. Quizás se trata la figura del mafioso sin escrúpulos y extremadamente caradura con demasiada condescendencia, haciéndole parecer simpático. En el mismo tono de comedia se rodó una réplica o "remake" dos años después ("Criminal y decente"), de muy inferior categoría y sin ningún atractivo, desaprovechando la oportunidad de hacer una versión seria sobre el personaje.