Media votos
6,9
Votos
266
Críticas
115
Listas
2
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de John Giraldo:
9
5,6
42.897
Comedia. Drama. Thriller
En 1937, en plena guerra civil, tropas republicanas irrumpen en un circo, durante el espectáculo, con el objetivo de reclutar a sus empleados para luchar contra las tropas nacionales. Mucho tiempo después, en los últimos años del franquismo, dos payasos (Carlos Areces y Antonio de la Torre) luchan por el amor de una atractiva trapecista (Carolina Bang). (FILMAFFINITY)
15 de setiembre de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por: John Harold Giraldo Herrera
[email protected]
"El humor es para los débiles. Si no se ríen, acojónalos."
Padre del payaso triste
“Ya nada es real. Nada es sensato, nada es racional. Nada es como uno se imaginaba. Todo es más. Más de lo que se intuye, espera o soporta”.
Álex de la Iglesia
Da miedo, mucho miedo, produce espasmos, impide contener la risa, pero da miedo. Una mezcla de horror, al punto del pánico, con una alta dosis de ironía, sarcasmo irrigando cada escena, violentando códigos políticos, morales y sociales, Álex de la Iglesia se sale con las suyas, con una pieza que dejará incómodos a muchos, extasiados a otros y en la cuerda floja a muchos más. Balada triste de trompeta, es una joya, deleita, inquieta, genera un encuentro entre la España de la Guerra Civil con la que supuestamente superó la dictadura. Pero resulta que no, parecen dos escenarios distintos con un mismo drama: Hay una balada triste que no se supera, sus melancólicas notas siguen in crescendo.
Sus personajes resultan avasalladores. El principal, un payaso triste, cuyas raíces las tiene conectadas con la muerte feroz de su padre en la guerra civil. Pero más que eso, le mataron fue su vida, su risa, aunque se dedique a hacer reír a los demás, su capacidad de asistir el mundo con la felicidad es un imposible, al payaso triste lo posee un sentimiento trágico de la vida. La película comienza con una puesta escena en la que se verá ligada la crueldad: caen bombas en la carpa del circo, con la necesidad de reír. La escena de entrada resulta determinante porque mostrar la dureza de una situación como la guerra en medio de una carpa circense podría salirse de las manos, pero Álex de la Iglesia ha hecho una película en la que todo se le sale de las manos. Es una película caótica, donde los espíritus débiles no resistirán la pirotecnia de imágenes severas, potentes, con un arsenal de mensajes sobre la propia condición del hombre: es una burla muy profunda.
Álex de la Iglesia es un director de cine español cuyas películas siempre causan polémica. Sus temas recurrentes parecen estar alineando una apreciación por la humanidad: no hay finales felices, no se vive se sufre y lo más estrepitoso puede sucedernos. Se recordará la película El día de la bestia (1995), donde además de burlarse del mundo místico, de las ilusiones creadas por los medios, nos conecta con la violencia de unos actos donde unos extremistas desean “limpiar” a Madrid, es decir, son unos matones de jóvenes. Del mismo modo, sucede con La comunidad (2000) donde se pone a prueba la condición humana, esta vez sobre un dinero encontrado en un apartamento que dejó un señor que murió viendo la Tv y que decidió resguardarse de los peligrosos vecinos. En todas sus películas el espectador ríe pero se incómoda al ver en pantalla asuntos de la vida ignominiosos.
sigo en spoiler
[email protected]
"El humor es para los débiles. Si no se ríen, acojónalos."
Padre del payaso triste
“Ya nada es real. Nada es sensato, nada es racional. Nada es como uno se imaginaba. Todo es más. Más de lo que se intuye, espera o soporta”.
Álex de la Iglesia
Da miedo, mucho miedo, produce espasmos, impide contener la risa, pero da miedo. Una mezcla de horror, al punto del pánico, con una alta dosis de ironía, sarcasmo irrigando cada escena, violentando códigos políticos, morales y sociales, Álex de la Iglesia se sale con las suyas, con una pieza que dejará incómodos a muchos, extasiados a otros y en la cuerda floja a muchos más. Balada triste de trompeta, es una joya, deleita, inquieta, genera un encuentro entre la España de la Guerra Civil con la que supuestamente superó la dictadura. Pero resulta que no, parecen dos escenarios distintos con un mismo drama: Hay una balada triste que no se supera, sus melancólicas notas siguen in crescendo.
Sus personajes resultan avasalladores. El principal, un payaso triste, cuyas raíces las tiene conectadas con la muerte feroz de su padre en la guerra civil. Pero más que eso, le mataron fue su vida, su risa, aunque se dedique a hacer reír a los demás, su capacidad de asistir el mundo con la felicidad es un imposible, al payaso triste lo posee un sentimiento trágico de la vida. La película comienza con una puesta escena en la que se verá ligada la crueldad: caen bombas en la carpa del circo, con la necesidad de reír. La escena de entrada resulta determinante porque mostrar la dureza de una situación como la guerra en medio de una carpa circense podría salirse de las manos, pero Álex de la Iglesia ha hecho una película en la que todo se le sale de las manos. Es una película caótica, donde los espíritus débiles no resistirán la pirotecnia de imágenes severas, potentes, con un arsenal de mensajes sobre la propia condición del hombre: es una burla muy profunda.
Álex de la Iglesia es un director de cine español cuyas películas siempre causan polémica. Sus temas recurrentes parecen estar alineando una apreciación por la humanidad: no hay finales felices, no se vive se sufre y lo más estrepitoso puede sucedernos. Se recordará la película El día de la bestia (1995), donde además de burlarse del mundo místico, de las ilusiones creadas por los medios, nos conecta con la violencia de unos actos donde unos extremistas desean “limpiar” a Madrid, es decir, son unos matones de jóvenes. Del mismo modo, sucede con La comunidad (2000) donde se pone a prueba la condición humana, esta vez sobre un dinero encontrado en un apartamento que dejó un señor que murió viendo la Tv y que decidió resguardarse de los peligrosos vecinos. En todas sus películas el espectador ríe pero se incómoda al ver en pantalla asuntos de la vida ignominiosos.
sigo en spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Al mostrar a los payasos en la guerra el presagio de un mundo entristecido nos revienta. La brutalidad es una norma en la guerra, pero ver un payaso dando machetazos es algo insólito y horroroso. De nuevo aparecen en su película los payasos de la Tele bailando con el triunfo de Franco, una crítica mordaz al mundo grotesco y pérfido de los medios. Pero la cosa se sale de tono, porque el payaso triste no logrará reconciliarse, ni el amor le permite exorcizar sus más grandes demonios.
Balada triste de trompeta, por un pasado que murió, y que llora y que gime como llora, dice una canción de Raphael, la misma que sufre, vive y lleva a cabo el payaso triste. Una película cuyos ejes desarticularan nuestros sentidos, nos llevará a tomarnos la vida con menos ligereza. Lo espeluznante no es verla, es tenerla que recordar. Quizás con cada película de Álex de la Iglesia uno ríe para no desquiciarse del horror, aunque este siempre esté presente.
Balada triste de trompeta, por un pasado que murió, y que llora y que gime como llora, dice una canción de Raphael, la misma que sufre, vive y lleva a cabo el payaso triste. Una película cuyos ejes desarticularan nuestros sentidos, nos llevará a tomarnos la vida con menos ligereza. Lo espeluznante no es verla, es tenerla que recordar. Quizás con cada película de Álex de la Iglesia uno ríe para no desquiciarse del horror, aunque este siempre esté presente.