Nunca leí la obra, nunca leí a Shakespeare, y nunca supe exactamente de que iba Hamlet, pero aun así tope con esta versión de 4 horas y me decidí a verla; así que no puedo hablar sobre la calidad de la adaptación, pero sinceramente, no lo haría aunque pudiera, porque fiel o no, lo que ha sido deleite para mi mientras duraba el visionado es la intensidad de toda la historia según me la han mostrado cada actor, cada escena, cada plano, momento y su discurrir, todo ese halo tan perfecto que se reduciría a tecnicismos del cine y del trabajo de creación de una película basada en una obra portentosa de la literatura, y que yo, como no soy experta, no puedo usar.

La verdad es que antes de empezar temía que se me fuera a hacer pesada en exceso y que no fuera a ser capaz de disfrutarla como el resto; pero en absoluto, que satisfacción cuando al empezar la película, he ir entendiendo que todo párrafo y expresión de cualquier idea iba a estar tan recargado, me estaba cautivando, la estaba entendiendo y me estaba maravillando con la vehemencia de cada palabra que se iba exponiendo.

Todo tiene ese aire exagerado y artificioso del teatro, todo magnificado, pero lleno de sutilezas y franqueza; ha sido en cierto modo como estar viendo una obra teatral muy de cerca, como ser invisible en el escenario y acercarte a cada intérprete para estudiar su cara y su unión tan sincera con su discurso. Por lo tanto he de admitir que me la he creído, y que si alguna vez me salí de la magia de la que me estaba impregnando fue para tomar conciencia del espectacular trabajo de interpretación que asumo ha de haber tras cada momento.

Así que, básicamente, lo único que puedo hacer es comentar aquí como sigo en shock 2 días después de haberla visto, y como me he prometido pillármela original en cuanto pueda para guardarla como un tesoro.

Ahora sí me la leeré, y con mucho gusto.