He de mencionar que observé este documental pensando que era uno en el que el realizador James Cameron desciende hasta la Fosa de las Marianas a casi los 11 mil metros de profundidad, sin embargo no, con el avanzar del metraje fui cayendo en cuenta que no, este es bastante anterior y se enfoca en el trabajo grupal explorando el fondo marino, especialmente unas fuentes hidrotermales y los ecosistemas a su alrededor a una distancia de unos 3 mil, 4 mil metros de profundidad.

En el documental, Cameron explora junto con un grupo de científicos tanto estadounidenses como rusos las profundidades, dándole tiempo en pantalla a cada uno de ellos para que hablen desde sus especialidades, mientras también se muestra un poco de los artefactos utilizados así como los batiscafo utilizados en las inmersiones y las investigaciones que realizan.

Paralelamente, en un giro argumental inesperado, el realizador comienza a trazar un paralelismo entre la exploración y la vida que se puede encontrar en el fondo marino, principalmente la de microorganismos, con las investigaciones futuras en otros planetas o principalmente en Europa, una de las lunas de Jupiter, que se dice puede ser la más cercana en poder albergar vida como la que conocemos.

Por una parte son teorías interesantes, acompañadas de recreaciones animadas, algunas muy sosas, pero por otras, se presentan muy lejanas al sentido que en teoría tenía el documental, que era las exploraciones de las profundidades marinas, lo cual desencaja mucho en la propuesta y si a eso se le suma una representación sobre el final de esas supuestas exploraciones en otros planetas, ya ahí bordea lo ridículo.

En términos generales el filme termina siendo un tanto insatisfactorio, ciertamente se aprenden algunas cosas, pero tampoco la forma en que está hecho es atractivo y se denota anticuado, por ejemplo las conversaciones entre los tripulantes con la cámara por ahí puesta se siente forzada y antinatural.