El pintor Johan Borg (Max von Sydow) se instala junto con su esposa Alma (Liv Ullmann) en la isla de Baltrum en el archipiélago de las islas Frisias ubicadas al norte de Alemania, un lugar que pareciera idóneo para vivir debido a lo solitario que es, aún hoy en día.

Pronto conocen a los von Merkens, una familia que se mencionan como los dueños de la isla con los cuales comienzan a relacionarse y entorno a los cuales van emergiendo las locuras de Johan que comienza a desestabilizarse mentalmente, forjando en sí un drama existencial que afecta evidentemente a su pareja que es todo amor.

El film se encuentra basado en el diario personal del protagonista, además del relato de su esposa Alma, todo realmente en función del guión de Ingmar Bergman, que logra a su vez crear una atmósfera sórdida que va empeorando conforme avanza el metraje, hasta llegar a un clímax impensable.

De esta forma se consigue una obra bastante angustiante, donde prima la psicología de los personajes y su comportamiento, y donde se realiza un juego perfecto con las luces y sombras, un gran trabajo en la cinematografía por parte de su recurrente colaborador Sven Nykvist, y los sonidos que consigue adentrarnos en la propuesta del maestro sueco.

Pareciera necio mencionar que las actuaciones son soberbias, y es que esto es una cuestión totalmente recurrente en los filmes del Bergman ya consolidado y con el grupo actoral con el que colaboró en muchos filmes. Aquí sobresale la esmerada y entregada labor de Liv Ullman, me ha gustado también lo sobrio que luce Erland Josephson.

Personalmente me ha encantado Vargtimmen, la forma en cómo se da la narración de la historia y es evidente que la misma trama en sí, estamos ante un film corto de hora y media al que no le falta ni sobra nada, muy bueno también el guiño de Bergman al inicio cuando se preparaba para iniciar la grabación, formidable película.