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España España · Lleida
Voto de Uma:
7
Drama. Romance Una joven universitaria finlandesa toma un tren hacia Moscú para ir al yacimiento arqueológico de Múrmansk. Allí tendrá que compartir su compartimento con un desconocido, un minero ruso. Esta convivencia y unos encuentros improbables unirán poco a poco a estos dos seres completamente opuestos. (FILMAFFINITY)
10 de mayo de 2022
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Ante todo un consejo: vean esta película subtitulada! No tiene punto de comparación)

La simplicidad de la historia no le quita atractivo en lo que a la propuesta argumental se refiere. A veces, lo más sencillo es lo que funciona mejor, porque es lo que hace más fácil la conexión entre los personajes y el espectador. La historia engancha desde el primer momento.

A partir de aquí, el contexto, suma enteros al atractivo de la película: los años 90 (algo me dice que pronto la década de los 90 empezará a ser un fondo cinematográfico frecuente); un tren de inspiración soviética; un paisaje austero y helado, visualmente fascinante, que además consigue convertir ese tren tan cochambroso en algo parecido a un hogar; personajes tan fríos como el hielo (una revisora de lo más soviético), que tienen tanto de hostil en algunos momentos, como de ancla en otros; un viaje hacia el lugar más remoto imaginable, el verdadero culo del mundo.

Una sensación de desamparo se adueña del espectador, como de la protagonista, y el avance de la acción, conjuntamente con el avance del tren, conlleva la construcción de un espacio vital novedoso, raro, y extrañamente atractivo. Para la protagonista y para el espectador. Es grato, como espectador, hallarse en un espacio confortable, en el interior de una película. Son pocas las que lo consiguen. El efecto es el deseo de que el trayecto no acabe, hay un apetito por la experiencia vivida por los personajes de la cual solo podemos ser testigos. Les envidiamos porque viven en ese espacio, en ese entorno tan atractivo, por hostil que sea en realidad. Es cinematográficamente confortable, y nos pertenece también un poco durante el tiempo que dura la película. Es una sensación estimulante, incluso en lo que tiene de frustrante, pues jamás traspasaremos la pantalla. El título de la película es especialmente acertado, porque la película es un compartimento vital, y la cámara juega acertadamente con ello. Esa empatía genérica hace que una película se guarde luego en algún lugar de nuestro interior como algo imperecedero. Cuestión de estímulos.

A todo ello, la película la remata la culminación de un crecimiento personal de los personajes, un proceso de autoconocimiento, igual de grato, originalmente expuesto ante nuestros ojos, en un lugar cuya aparente hostilidad solo hace que incrementar el anhelo por reconstruir el compartimento perdido.
Uma
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