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España España · Madrid
Voto de Belenxi:
9
Drama. Romance Cuando Hamlet, el príncipe heredero de Dinamarca, regresa a su patria, recibe la noticia de que su padre ha muerto y de que su madre, la reina Gertrudis, se va a casar con su tío Claudio. El espectro de su padre le revela que Claudio es el responsable de su muerte. A partir de entonces, Hamlet sólo pensará en vengar la muerte de su progenitor. (FILMAFFINITY)
1 de mayo de 2024
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Kenneth Branagh reivindica de forma magistral su lugar como sucesor de Laurence Olivier en esta extraordinaria adaptación de la obra universal de Shakespeare. Su devoción hacia este clásico queda patente en el afán de mantenerse absolutamente fiel al texto original, respetanto puntos y comas. Con una única y acertada salvedad: Branagh traslada el Hamlet medieval de Shakespeare al siglo XIX, reemplazando la ambientación sombría asociada a esta tragedia por una luminosa y fastuosa corte decimonónica. Todo un acierto que hace que el espíritu sombrío y atormentado del protagonista contraste con la luminosidad de su entorno.

Kenneth Branagh se mueve como un pez en el agua a lo largo de las cuatro horas de metraje en el que, al igual que en la obra de Shakespeare, nada sobra. Su encarnación de la extremada complejidad del personaje de Hamlet sólo puede describirse como sublime. Branagh no recita el texto, ni siquiera se limita a interpretarlo de forma sobresaliente: se deleitea con cada palabra, sin dejar que en ningún momento decaiga la intensidad interpretativa. Para completar el cuadro interpretativo, se rodea de un reparto espectacular, incluyendo al gran Derek Jacobi, cuya interpretación de Hamlet hace décadas fue el detonante que desató la vocación teatral de un Branagh adolescente.

Este Hamlet de Kenneth Branagh no es sólo una excepcional adaptación del clásico de Shakeapeare. Es una auténtica oda al teatro y al trabajo actoral. Quizás no trascienda a los anales cinematográficos como una película clásica que inspire a las generaciones venideras y que su paso por taquilla y por la memoria cinematográfica colectiva fuese discreta. Pero el Hamlet de Branagh pronunciando ese soliloquio universalmente conocido frente a un espejo es una lección abrumadora de talento. Porque la cumbre de un actor no es alzar un Óscar. La cumbre es ser capaz de pronunciar ese "Ser o no ser" tan conocido como mil veces visto y que te quite la respiración. Y Kenneth Branagh lo logró a los 37 años.

Lo único que lamentas de esta película es que sea eso, una película. Porque le falta el broche final: poder ponerte en pie cuando cae el telón y unirte a la ovación del público.
Belenxi
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