Y es que el papel del padre es, a todas luces, excesivamente duro para lo indulgente que finalmente se muestra la protagonista con él. Dicho final no casa lo narrado a lo largo de la película, que además va "in crescendo" en dureza, con el desenlace de las relaciones familiares que se muestra en el final. Sólo se puede explicar, como he dicho, por no haber sabido sintetizar convenientemente el director lo narrado en el libro, o bien es la escritora quien no consigue hacerse entender. El padre se pasa de rosca, muchísimo, y al final es redimido por su hija de una manera demasiado cándida.