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Voto de John Dunbar:
10
Thriller. Drama Arthur Fleck (Phoenix) vive en Gotham con su madre, y su única motivación en la vida es hacer reír a la gente. Actúa haciendo de payaso en pequeños trabajos, pero tiene problemas mentales que hacen que la gente le vea como un bicho raro. Su gran sueño es actuar como cómico delante del público, pero una serie de trágicos acontecimientos le hará ir incrementando su ira contra una sociedad que le ignora. (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2022
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Phillips ha trazado un Joker que camina solo, independiente de su archienemigo Batman e independiente de la fábrica de cómics DC. No hay rastro de relación alguna con la aventura de superhéroes, tan solo un hombre perdido en un mundo que no es para él y la respuesta única acabará siendo que él no será para el mundo. ¿El más perturbado quizá? Sin ninguna duda. Fuera socarronería, bienvenida locura dicta la marcha. Aunque la evidencia dice que siempre ha sido un personaje que ha llegado a lo primero a través de lo segundo, nunca antes se había hecho un descenso a los infiernos de la demencia tan marcado.

Por su parte, Joaquin Phoenix toma la medida para ponerse la 'mascara' en esta nueva versión del Joker siendo su interpretación tan potente, que ha sido completamente absorbido por el proceso de degradación del chico que siempre soñó con hacer reír a todos como un simpático payaso y terminó convirtiéndose en el hazmerreír de todos como un pobre payaso. Robert De Niro y su desalmado Murray Franklin le dan la puntilla que necesitaba.
No es descabellado pensar en que es la conjugación perfecta para que éste Joker de Todd Phillips, frágil de cuerpo y mente, vaya en un viaje directo a la depresión o a la locura. Ya sabemos por experiencia que ha optado por lo segundo y su explosión sanguinaria ha sido el receptáculo completo con el que el público ha entrado en sintonía hasta convertir a esta producción en un éxito muy notable.

Como esencia: ¿es víctima o verdugo?, se pregunta. Razonablemente, un poco de las dos cosas. Si a lo lejos se divisa la sombra del bullying sobre el infeliz Arthur, de cerca se nos convierte en un estallido irracional que ejecuta sin preguntar. Lo que más nos asusta, de todas formas, es la presentación de una sociedad nihilista y enferma que liquida la razón y termina por empatizar con el psicópata, en lo que se atisba como un festín de caos y anarquía mucho más serio que la exposición que se había hecho antes por Burton y hasta por Nolan, precisamente porque nunca se había mostrado con anterioridad a este caballo tan desbocado sin jinete. Se respira casi más temor por lo que encierra entre bambalinas, que por lo que muestra encima del escenario.

Es una obra, no sé si decir algo tan cursi como antológica, porque quizá tampoco lo llegue a ser, pero sus consecuencias resultan tan elocuentes que no se puede dejar escapar.
John Dunbar
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