“El amor como fundamento ultimo de esa misteriosa esencia lo que nos hace plenamente humanos” se llama la tesis de filosofía teológica que tiene en proyecto escribir un amigo. Como sé de sus inclinaciones para hablar de Dios, al cuestionarle cómo iba a referir a Dios dicho amor, me aclara que de Dios no puede hablar, solo del amor humano, “Dios está muy lejos” me comenta.

Pero al ver está película “Corazón de león”, me doy cuenta que "el amor humano también está también muy lejos” de comprenderse de manera sencilla en su plenitud. Que nuestros prejuicios, el qué dirán, las habladurías y más lindezas de la mente no permiten muchas veces escuchar con claridad al corazón. Al amor humano lo tiene tan retorcido los caprichos y estereotipos de nuestra mente y el ego personal, que es muy difícil para la gran mayoría hallar a ese alguien a quien amar sin problemas. Sin confusión y sin una no tan pequeña dosis de dolor. ¡Somos tan, pero tan complicados para entregar el corazón!…