Esta película tiene de original lo mismo que un "bocadillo de polvorones", perdón, el bocadillo de polvorones es bastante más original y más o menos igual de pasable. Encontramos una película nueva con contenido viejo, algo de agradecer cuando se le da una visión un poco más particular a lo altamente trillado del tema. No ocurre eso, en ningún momento. La película se deja ver, no sin echar algún bostezo, sin hacernos ningún tipo de pregunta o reflexión que responda a su pretenciosidad. No sé si había ni siquiera intención en esta película.

Repetimos personajes, localizaciones, persecuciones y demás ingredientes de las películas que en su tiempo hacían furor, pero que si sigues mostrándolo todo de la misma manera, más un añadido especial, hacer que el tiempo parezca eterno, conseguimos bajar bastante las expectativas del film. Como otras personas, coincido en que la primera parte supera con crece la segunda, donde no sólo la previsibilidad, si no también la falta de emoción, en el más amplio sentido, hace que quieras que se acabe de una vez.

Como se suele decir, si eres fan de estas películas, te gustará. Incluso te puedes autoconvencer de que has visto algo original, pero acabarás digiriéndolo y te quedará el regusto a frito y los ardores pertinentes. Eso sí, no creo que en una película de ciencia ficción se puedan reprochar diferentes tipos de lapsus o incongruencias. Es solo eso, pasar el rato, porque esta cinta no da para más, aunque seguro que en la era de los anunnakis, las teorías conspiratorias, los illuminatis y otra sarta de despropósitos, habrá quien encuentre la luz. Y es que, después de todo...por fin en Raticulín.