Ya estamos que si de la renta vive el jubilado. Que me perdonen todos los seguidores del gran Clint, pero es una película infumable de principio a fin, y no por tiempos pasados mejores hay que ver esta película con los ojos de la benevolencia "fanática" del seguidor de turno, entre los que me incluyo a mí. A pesar de estar basada en hechos reales ninguno de los diferentes frentes de la película dice absolutamente nada ni resultan eficaces: ni la historia del contrabando, ni la de la familia y, ni mucho menos, la de la investigación policial.

La parte central, comandada por el vetusto Eastwood carece de chispa o cualquier otro tipo de senimiento aplicable a una historia que se supone entre sincera, divertida, amable y emocionante. Una serie de secuencias de viajes arriba y abajo que no aportan ni un ápice de emoción o expectativas de ningún tipo. Muchos minutos de metraje de viajes baldíos en cuanto a mensaje, ni siquiera como mera distracción, no sugieren nada y enseñan menos. No hay ninguna actuación estelar de Clint, tampoco hay nada mucho más que pasable en su personaje y, es que en realidad, no tiene mucho que contar.

La historia familiar hace aguas por todos sitios y nos lleva a que uno bostece a cada momento. Dramas y confrontaciones con el "viejo" por no haber atendido a la familia y discursos mojigatos y sensibleros que quieren dar a la película el toque más emocional y dramático y lo que consiguen es que uno se tenga que tapar la cara de vergüenza ajena, por Dios, Clint, hubiese preferido a Harry acabando con la familia a golpe de Magnum 45. Ni siquiera hay algún papel dentro de la familia que se pueda considerar bien interpretado, aunque fuese por salir del paso.

Por último la parte correspondiente a la investigación policial. Parece estar metida con mucho esfuerzo y con calzador, simplemente porque forma parte de la historia y hay que contarla, pero con desgana y muy poco mérito, como si hiciese de puente entre las otras dos partes temáticas en la película. No existe la más mínima tensión ni acción, es todo como apocado y estéril, personajes de relleno que, si bien no tienen importancia en el epicentro de la película, no dejan de hacer unos roles fríos e indolentes restando, aún si cabe, más interés al conjunto.

Resumiendo, con "Gran Torino" habría tenido una muy digna y buena retirada.