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España España · Asturies
Voto de Darth Moi:
4
Terror. Romance. Fantástico En el año 1890, el joven abogado Jonathan Harker viaja a un castillo perdido de Transilvania, donde conoce al conde Drácula, que en 1462 perdió a su amor, Elisabeta. El conde, fascinado por una fotografía de Mina Murray, la novia de Harker, que le recuerda a su Elisabeta, viaja hasta Londres "cruzando océanos de tiempo" para conocerla. Ya en Inglaterra, intenta conquistar y seducir a Lucy, la mejor amiga de Mina. (FILMAFFINITY)
17 de setiembre de 2006
21 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la hora de valorar esta película, hay un factor que tiene un peso definitivo: Que hayas o no leído previamente el libro.

Aquellos que no hayan leído el libro, y cuya única aproximación al personaje de Drácula hayan sido las anteriores versiones cinematográficas, es muy probable que disfruten con esta película e incluso puede que les encante. En concreto, en mi opinión, esta película es imprescindible para los aficionados a las historias de amores épicos.

Pero si tú eres de los que han leído el libro, piénsatelo bien antes de ver este Drácula y prepárate para asumir las consecuencias. Corres el riesgo de sentirte ofendido, y quizás acabes insultando a algún inocente amigo que incautamente mencione en tu presencia que le gustó la película.

Yo tuve la mala suerte de ver esta película sólo tres meses después de haber terminado de leer el libro. Aunque la novela no me parece ninguna maravilla, e incluso creo que en su mayor parte es aburrida, el personaje de Drácula es sencillamente genial. Esa mezcla de maldad pura, flema aristocrática, sabiduría, crueldad e inteligencia, dan lugar a uno de los mejores personajes jamás creados.

Desgraciadamente, Drácula es también un personaje que, hasta la fecha, el cine no ha sabido aprovechar en toda su amplitud, a pesar de las innumerables versiones que se han hecho del mismo.

La versión de Coppola es muy fiel a la novela en el desarrollo de la trama, pero no en el personaje de Drácula. De hecho, va precisamente en sentido contrario, quitándole todo su atractivo al inventar una justificación a sus actos (muy tópica, por cierto), que acaba transformado a Drácula en un ser patético y ridículo, que más que miedo da pena.

A mí no me hubiese importado, e incluso hubiese agradecido, que Coppola hubiese modificado profundamente la historia, que creo que es muy mejorable. Pero lo que no puedo soportar es que una vez más se haya desaprovechado la oportunidad de reflejar en la pantalla el espíritu con el que Bram Stoker dotó a su Drácula.

Y lo peor, que a gente como a mí nos hayan llevado al cine engañados con la coletilla “.. de Bram Stoker”.
Darth Moi
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