Los "magpies", las urracas, es el sobrenombre de los seguidores del equipo de fútbol de Newcastle por el equipamiento todo negro que llevan con la excepción de las listas verticales blancas de la camiseta.
Negra y sórdida es también la imagen que se transmite de esta ciudad. Una potencia industrial del carbón venida muy a menos en la segunda mitad del siglo XX.
En blanco y negro veremos al comienzo unas cintas eróticas proyectadas en super 8 en un aburrido cónclave gansteril londinense. Pero el horno no está para bollos, Jack Carter (Caine), parte al día siguiente a Newcastle donde acaba de morir su hermano en condiciones un tanto oscuras que desea esclarecer.
Negra y lúgubre es la imagen que allí se encuentra. Un féretro solitario en una triste casa, antiguos camaradas suspicaces, patronas insatisfechas y una joven sobrina.
Lo demás son pesquisas que se siguen con cierta dificultad como exige el tópico del cine negro.
Historia de investigaciones, engaños y venganzas. Bien el guion y la realización. Buena ambientación de finales de los años 60 y excelente interpretación de Caine.
De nuevo vuelven a aparecer grabaciones eróticas en riguroso blanco y negro, un poco al estilo de "La Dalia negra" (2006, De Palma). Y es que la cinta desprende un poderoso erotismo un tanto gratuito, en la línea del cine europeo de finales de los 60. El "destape" no solo era una cuestión hispana.
Final muy conseguido junto a las playas negras de los descargaderos de carbón. Un símbolo de lo más apropiado, tanto por la trama como por el género cinematográfico.
Una buena película de cine británico negro que recomendamos.